El Mallorca está obligado a remontar el próximo domingo en Son Moix tras perder por 2-0 en el estadio de Riazor en un partido extraño, condicionado por dos acciones que han cambiado a favor de los gallegos el rumbo de un duelo que el equipo rojillo tenía perfectamente controlado. Un gol de falta de Fede Cartabia en el minuto 36 y otro de Quique González en el 80 decantan la eliminatoria para el Deportivo. El mismo resultado en Son Moix daría el ascenso al Mallorca.

El partido ha tenido su punto de inflexión en el minuto 36, cuando Fede Cartabia ha sorprendido a Reina en un lanzamiento de falta. El gol ha recordado al que el guardameta malagueño encajó en Albacete. Reina ha dejado un hueco monumental en el primer palo y Cartabia, con la zurda, desde el vértice derecho del área grande, ha puesto en ventaja a su equipo.

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Las malas noticias no han acabado aquí. Ya que tres minutos después el Mallorca se ha quedado con un hombre menos por expulsión de Pedraza, que en la disputa del balón en el centro del campo, ha chocado de forma fortuita con Bergantiños, que se ha llevado la peor parte. Trujillo Suárez, incomprensiblemente, ha dejado continuar el juego cuando se veía que el centrocampista del Deportivo permanecía tendido sobre el césped inmóvil. Tan grave parecía la situación que el propio jugador mallorquinista reclamaba a las asistencias, con cara de asustado. Su bota había impactado en todo el rostro de Bergantiños, que tuvo que abandonar el campo en camilla ensangrentado. La cara de Pedraza también era un poema. Tuvo que ser consolado por Pep Lluís Martí, entrenador del Deportivo, segundos antes de que el jugador fuera expulsado con roja directa a instancias de uno de los asistentes del colegiado. Imposible peores noticias para un Mallorca al que le esperaba un calvario en la segunda parte.

Ha sido una lástima, porque hasta el gol del Deportivo el Mallorca jugaba de tú a tú a su rival. Sobre todo en el primer cuarto de hora. Si en lugar de un partido de fútbol hubiera sido un combate de boxeo, el primer cuarto de hora se lo hubieran llevado los de Moreno claramente a los puntos. Presión alta de toda la defensa, buen toque en el centro del campo y ayudas constantes entre los jugadores. El único pero es que apenas llegaba con peligro al área de Dani Jiménez, guardameta local.

El Deportivo ha estirado líneas y ya se acercaba algo más a la portería de Reina, que solo se veía obligado a intervenir en los balones por alto. Pero el Mallorca no pasaba por apuros. Era la situación perfecta.

En la segunda parte Moreno ha tardado seis minutos en dar entrada a Baba por Leo Suárez, un cambio lógico porque el argentino contaba con una tarjeta amarilla. El ghanés se ubicó en la posición de Pedraza y Dani Rodríguez escorado a la banda. La consigna del técnico era clara: dos líneas de cuatro muy juntas para defender un resultado que era petróleo para el partido de vuelta, teniendo en cuenta que jugaba con uno menos. Insistía Moreno en Lago, al que reclamaba que fuera un centrocampista más.

El Mallorca buscaba la pelota, pero la perdía muy fácilmente. No había frescura, sobre todo en las botas de Salva Sevilla, desacertado en los centros. Los rojillos buscaban que pasara lo menos posible. Y lo estaba consiguiendo porque el Deportivo apenas creaba peligro. Moreno ha dado entrada a Budimir, ausente por lesión en los dos partidos ante el Albacete, por Abdón. Otro hombre de refresco para un equipo que empezaba a acusar el cansancio.

Y en el 78 fue Salva Sevilla, sensiblemente cansado, el que dejó el campo por Fran Gámez. Ha sido el preludio del segundo gol del Deportivo, que ha llegado con polémica porque el árbitro y uno de sus asistentes han tardado tres minutos en decidir si el remate de Quique González había traspasado la línea tras el despeje a la desesperada de Valjent. Los jugadores del Mallorca se quejaban de que el asistente había levantado el banderín antes de que el balón entrara, posiblemente señalando una falta del delantero deportivista.

El 2-0 era un pésimo resultado pero, vista la inoperancia en ataque, había que defenderlo para no agravar todavía más la situación. Al final, severa derrota del Mallorca, que ha abandonado el campo muy caliente, que obligará a una gesta en Son Moix.

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