Una inmensa felicidad. Así dijo sentirse Vicente Moreno, entrenador del Real Mallorca, durante uno de los escasos momentos de asueto durante la celebración por el ascenso, esta tarde en una triple cita: plaza de Cort, Consolat y plaza de las Tortugas, donde los jugadores comprobaron de primera mano la locura que han desatado con su gesta de subir a la máxima categoría en solo dos temporadas.

El entrenador valenciano, que se llevó todos los parabienes, fue el gran protagonista, no solo por ser el líder de una plantilla de primer nivel, sino porque fue reclamado por los aficionados que se dieron cita en la plaza de Cort para que se quede la próxima temporada. Lógicamente, el entrenador tiró balones fuera y no contestó a una situación que, a priori, parece clara: Moreno tiene un año más de contrato y, en principio, no debe haber ningún problema para que continúe. El técnico se mostraba serio, pero no por nada especial, sino porque él es así. Le gusta mantenerse en un segundo plano. Así lo hizo en el Consolat, la segunda etapa de la travesía, cuando en el balcón estaba detrás de sus jugadores, solo, como si quisiera disfrutar consigo mismo de la gesta conseguida. "Los jugadores son los auténticos protagosnistas", dijo cada vez que se le requería.

Los aficionados llenaron la plaza de Cort y la mitad de Colón, en una fiesta por todo lo alto con unos jugadores con ganas de fiesta y una afición entregada a sus ídolos.

El autobús que transportaba a los héroes ha llegado con una puntualidad británica a la sede consistorial. Uno a uno fueron bajando del vehículo, con el presidente Andy Kohlberg, el consejero delegado Maheta Molango y el entrenador Moreno, todos ellos con la camiseta roja con el lema 'som de primera' y tocados con una gorra roja.

Stoichkov, un jugador que ha tenido menos protagonismo del que hubiera deseado, ha sido el primero en coger el micrófono desde el balcón de Cort con ganas de marcha. Pero los aficionados que contemplaban la escena preferían a Salva Sevilla, que estaba al lado del gaditano. "Ni en mis mejores sueños hubiera pensado que el año pasado volveríamos a estar aquí para celebrar el ascenso a Primera", ha dicho el jugador con más calidad de la plantilla y autor del segundo gol al Deportivo. Fue en ese momento cuando se escuchó el ya popular estribillo "aso, aso, aso, tenim un equipaso".

Abdón fue el siguiente en tomar la palabra. Más sereno que el pasado año, el artanenc y desde el domingo nuevo héroe del mallorquinismo dijo sentir "un gran orgullo de poder defender esta camiseta". A continuación, otro mallorquín, el binissalemer Xisco Campos: "Un aplauso para las madres que parió a estos jugadores". Y ha sido el turno de Reina, uno de los artífices del ascenso con su gran parada a una mano a poco del final del partido ante el Deportivo: "Hemos conseguido el sueño de todos, donde como mínimo el Mallorca se merece estar".

El acto se ha cerrado con la entrega de obsequios. Una placa del alcalde de Palma José Hila al presidente del Mallorca Andy Kohlberg, y una camiseta con el dorsal número uno y el nombre del alcalde por parte del norteamericano.

De Cort al Consolat, donde esperaba la presidenta del Govern Francina Armengol, que hizo un elogio de los futbolistas y dirigentes del club, destacando la gesta del ascenso. De nuevo obsequios. Un cuadro de la presidenta a Kohlberg y la camiseta con el nombre de Armengol en el dorsal con el número uno.

Y la gran fiesta de la jornada se produjo en la plaza de las Tortugas, donde el animador Jaume Colombás fue el maestro de ceremonias. El ambiente fue el de las grandes ocasiones. Todo el mundo entregado y los jugadores desatados y contagiados por la euforia que se vivía, con música de fondo. El cansancio que parecía reflejarse en el rostro de los futbolistas en las celebraciones previas en Cort y el Consolat desaparecieron de pronto. Uno a uno fueron apareciendo todos los protagonistas en el escenario. El primero, Leo Suárez, seguido de Estupiñán, al que han pedido que se quede pese a que tiene un precontrato con Osasuna.Y así uno a uno en una fiesta inolvidable para el mallorquinismo.