Vicente Moreno no es persona amante de grandes revoluciones. Partidario de no tocar lo que funciona, el entrenador del Real Mallorca ha optado por no cambiar ninguna de las rutinas de la concentración que han imperado durante la temporada. La única diferencia es que ha concentrado a toda la plantilla desde el martes, 48 horas antes de enfrentarse al Deportivo de La Coruña en la ida de la final de la eliminatoria por el ascenso. La concentración siguió después del partido del jueves en Riazor, con el vuelo de regreso y directos al hotel Roc Melià Illetes desde Son Sant Joan.

Desde el martes hasta hoy, los jugadores del Mallorca han hecho cada día lo mismo. Nada más levantarse, todos los jugadores se dirigen al restaurante donde les espera un desayuno compuesto de tostadas, tortillas, café, fruta, zumo de naranja y batidos especiales para deportistas. Los jugadores tienen totalmente prohibidas las bebidas con azúcar y el vino, por lo que el agua es lo que predomina. Si ha habido entrenamiento, muy suaves toda la semana por lo seguido de los partidos, a las 12.15 horas toca paseo por los alrededores del hotel, con vistas al mar.

Después llega la hora de la comida, a base de pescado, pollo, pasta, puré de patatas, arroz hervido, ensaladas o pavo, todo preparado por un nutricionista. Tras el almuerzo, todos a la habitación. Lago duerme con Parera, Reina con Raíllo y LagoPareraReinaRaílloSalva Sevilla. Es el momento para que cada uno se lance a sus aficiones. Abundan los que exclusivamente escuchan música, pero otros se dedican a temas más sesudos. Es sabido que Martin Valjent es un apasionado del escritor y poeta estadounidense Henry Bukovski; Lago Junior es un consumado lector de libros de psicología y Xisco Campos aprovecha los muchos tiempos muertos de una concentración para preparar los exámenes de INEF. De hecho, el martes debe afrontar uno.