Decenas, cientos, miles de personas empezaron a agolparse en la plaza de las Tortugas minutos después de consumarse en Son Moix el ascenso a Primera División. A las 12 de la noche, coincidiendo con la celebración de la Nit de Sant Joan, Palma entera botaba en la encharcada plaza de la Fuente de las Tortugas.

Corría el champán, entre cánticos y alegría. Ondeaban las banderas, entre cerveza y sudor. Se abrazaban los aficionados, bengala en mano, haciendo tiempo hasta la llegada del grueso del mallorquinismo. Hacía justo un año las Tortugas celebraban una gesta parecida. La de este curso era inimaginable. Los festejos seguirán esta semana semana en Cort y el Consolat de la Mar, a falta de confirmación oficial de la agenda por parte del club bermellón.

Solo cinco horas antes, sobre las 18 de la tarde, los seguidores mallorquinistas comenzaron a ocupar posiciones cerca de la entrada de Son Moix. Una pancarta en la que rezaba la frase "Nunca caminarás solo" esperaba frente a la Puerta 0. La emoción y los nervios por el partido que se avecinaba se palpaban en el rostro de los aficionados. Contagiados por la emoción del momento, hasta los menos optimistas se animaron y no dejaron de cantar y jalear en ningún momento, a pesar de que aún quedaba tiempo para que llegara el equipo.

Eran las 19.30 cuando se desató la locura entre todos los presentes al aparecer a lo lejos el autobús. Con cánticos de "Sí se puede" y "El Mallorca es de Primera", el conductor aminoró la marcha y los seguidores comenzaron a ondear las banderas y bufandas y gritar con toda su alma para empujar al equipo.

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