El Mallorca tiene un pie y medio en la segunda de cara al partido de vuelta, que se disputará el próximo domingo en el Carlos Belmonte. El equipo de Vicente Moreno fue justo vencedor de un partido intenso, como no podía ser de otra manera, en una finalísima como la de esta noche.

El Mallorca lo tuvo claro desde el pitido inicial: presión asfixiante a los jugadores del Albacete. Que no la tocaran, que no la olieran, que el balón les fuera como un objeto extraño. Lo consiguieron los hombres de Vicente Moreno hasta el minuto 35, cuando el cuadro manchego se estiró en busca del gol del empate.

El Mallorca hizo méritos en este primer periodo para irse con ventaja en el marcador. El gol llegó en el minuto 22, un tanto fabricado por zurdos. Primero, Abdón, sustituto del lesionado Budimir, que puso un balón franco entre la defensa visitante hacia Leo Suárez, que con un toque preciso batió a Tomeu Nadal. Mediada la primera parte Moreno tenía el partido donde quería. El resultado era bueno, pero quedaba un mundo por delante. La consigna seguía siendo no encajar para ir con ventaja a Albacete el domingo.

Los rojillos, que jugaron con siete de los once titulares que ascendieron a Segunda la temporada pasada en Miranda de Ebro, fue un equipo de izquierdas. Por esa banda crearon el mayor peligro, con Lago y, sobre todo, un Estupiñán motivadísimo que fue un extremo más. Empezó la temporada de suplente, pero el ecuatoriano se ha convertido en uno de los indiscutibles para su entrenador. Lástima que juegue como cedido por el Almería y dispute sus últimos partidos como rojillo.

Otro de los destacados fue Dani Rodríguez, un futbolista con una potencia descomunal. Posiblemente sea uno de los jugadores de la categoría que mejor corre con el balón controlado. Cuando está bien, y ayer o estuvo, parece imparable. No es de extrañar que, desde su llegada, haya sido un fijo en las alineaciones de Moreno. A los cuatro minutos protagonizó la jugada polémica del partido al caer dentro del área. Pareció penalti, pero el árbitro se hizo el sueco. En el último minuto se desquitó.

La pregunta era si los jugadores mallorquinistas iban a aguantar en la segunda parte el ritmo impuesto en la primera. Si iba a dar por buena la mínima ventaja o buscaría un segundo que dejara encarrilada la eliminatoria. Pronto se saldría de dudas.

El Mallorca no se conformaba. Pero el Albacete tampoco. Sabía que el resultado era muy malo. Atacaban y atacaban ambos equipos, con el peligro que se cernía sobre Reina y Nadal. Y siguieron las jugadas conflictivas, en una área y en otra. En el 59 Raíllo arrolló a Rey Manaj y un minuto después era Suárez el que fue objeto de penalti, también claro, pero el canario Pulido Santana no quiso saber nada de lo que ocurría en las áreas. El Mallorca insistía, por los extremos, por los laterales -muy bien también Sastre, en su mejor partido en mucho tiempo- y por un pujante centro del campo. Lago probó a Nadal en el 62 y cuatro minutos después el disparo del costamarfileño se fue fuera por muy poco.

Moreno puso hombres de refresco. Aridai entró por Leo Suárez, despedido con una gran ovación en el minuto 71 y tres después Abdón, lesionado, dejó su plaza a Álex López. El equipo fue en busca del segundo y obtuvo premio en el minuto 89, cuando ya se daba por buena la mínima ventaja, con un gran remate de Dani Rodríguez, posiblemente 'the man of de match'. La piña que formó el equipo al final lo dice todo. Solo una debacle impedirá al Mallorca disputar la eliminatoria final.

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