Diario de Mallorca

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Análisis

Dos años de buenas decisiones

El destino es caprichoso de verdad. Ayer, cuando se cumplían dos años de una las mayores vergüenzas de los más de 103 años de historia del Mallorca con el descenso a Segunda B, se vivió una de las noches con más ilusión de los últimos tiempos. Parece un milagro que en este periodo tan corto, aunque a algunos se le haya hecho eterno, hayan pasado tantas cosas buenas, pero no lo es. En Anduva se tocó fondo, pero todo lo que ha sucedido después es fruto del trabajo bien hecho de Maheta Molango y Javi Recio. Sí, los mismos que fracasaron estrepitosamente antes, después han acertado plenamente. Y eso también hay que decirlo. Primero con el fichaje de Vicente Moreno, que es la clave de todo, y después a la hora de diseñar un bloque que fuera capaz de hacer casi lo imposible, como es abandonar la Segunda B al primer intento, y después meterse en la lucha por subir a la elite un año después. Pero como dijo ayer en la rueda de prensa el entrenador valenciano, más ambicioso que nadie, esto no se acaba aquí. Ni mucho menos. Esta pasión que vive el mallorquinismo por su equipo debe aprovecharse para aspirar al más difícil todavía. Nadie le exige subir, pero es evidente que está obligado a intentarlo. Pase lo que pase, este equipo se merece una ovación. Y la afición que tanto ha sufrido, también. Por supuesto.

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