El Mallorca luchará por la Primera División. El equipo que justo ayer cumplía un año del ascenso desde las catacumbas de Segunda B, se ha ganado a pulso pelear por jugar la próxima temporada en la máxima categoría. Ha sido una temporada digna de elogio, inimaginable para el más optimista de los aficionados, de un mérito tremendo de un equipo liderado por un Vicente Moreno que ha dejado de ser una revelación en los banquillos para ser una auténtica realidad. Un gol de Salva Sevilla en el minuto 68 ha dado vida a un partido muerto, al que le faltaba chicha por todas partes. El veterano centrocampista ha marcado de forma consecutiva su segundo gol decisivo tras el que transformó ante el Almería. En Salva Sevilla, en su maestría a la hora de dirigir al equipo, hay que encontrar una de las claves de la gran temporada del conjunto rojillo. El Granada, a dos minutos del final, empataba de cabeza por medio de Fede. Pero ya daba igual porque los resultados de Cádiz y Deportivo eran favorables a los intereses del Mallorca, que salvo sorpresa quedará quinto.

El Mallorca y el Granada se anularon en una sosa primera parte, en la que apenas pasaron cosas interesantes. Y más cuando los resultados de otros campos favorecían los intereses de ambos equipos. El golazo de Ontiveros para el Málaga en Albacete a los veinte minutos adormeció a los granadinos, que le valia el empate para lograr el ascenso e incluso la derrota si se mantenía el resultado en el Carlos Belmonte. Y el Mallorca también se enteró en el minuto 28 del gol del Extremadura en Cádiz que le daba matemáticamente la clasificación para el play-off.

Vicente Moreno apostó por Leo Suárez en lugar del lesionado Aridai. El argentino fue de menos a más. Lo intentó siempre y no siempre le salió, pero mostró la calidad que sin duda atesora. Al final abandonó el campo lesionado por el gran esfuerzo realizado.

En el campo pasaba muy poco. Un disparo de Sastre en el minuto 25 en un saque de falta de Salva Sevilla que obligó a lucirse a Rui Silva y, cómo no, la acción polémica de partido en un posible penalti del guardameta del Granada sobre Budimir. El árbitro se hizo el sueco y no quiso ver nada.

A falta de espectáculo, en el ambiente y en el terreno de juego se notaba que los dos equipos se jugaban mucho, o todo, a falta tan solo de una jornada. De las disputas de balón saltaban chispas y algunas de las decisiones del colegiado encrespaban los ánimos de uno y otro equipo.

La segunda parte empezó como acabó la primera, con el juego continuamente interrumpido por un árbitro que ha dado un concierto de pito. Interrumpía cualquier roce entre los jugadores. Las noticias seguían llegando de otros campos. Por ejemplo, el del Albacete, que veía cómo el Málaga marcaba el segundo lo que le daba la tercera plaza y, lo más importante, el ascenso del Granada, que sin querer se relajó porque el empate le era más que suficiente.

Nada pasaba hasta que apareció el de casi siempre, Salva Sevilla. Al borde del área, Dani Rodríguez ha pasado a Sastre que, en posición de extremo, ha dado un gran pase al almeriense para marcar un gol que aseguraba la presencia del Mallorca en la promoción de ascenso a Primera. El Granada empató en el minuto 88, pero daba igual porque el Mallorca seguía con el play-off en el bolsillo. A partir del gol andaluz, hubo un pacto de no agresión entre los dos equipos porque el Granada ya era de Primera. La quinta plaza está garantizada a falta de la última jornada. Hay que abrocharse el cinturón porque la emoción está asegurada.