Salva Sevilla hizo honor al premio al mejor jugador del mes de abril que recibió en los prolegómenos del partido y firmó la victoria del Mallorca. A quince minutos del final y cuando los nervios eran evidentes en los jugadores y la afición, el centrocampista andaluz marcó un gol que acerca casi de forma definitiva al equipo al play-off de ascenso. Con 67 puntos, una victoria más en los tres partidos que restan debería bastar para lograr el objetivo.

Desde el pitido inicial se pudo comprobar que para el Almería el partido no era un trámite, pese a que la clasificación pueda indicar lo contrario. Lo tiene muy complicado para meterse entre los seis mejores, pero si quería albergar aunque fuera alguna remota posibilidad debía ganar hoy en Son Moix. Los andaluces fueron a por todas, como si disputaran el último partido de sus vidas. Y claro, el Mallorca lo pasó mal durante muchos minutos.

Llegaba el equipo de Moreno al partido tras la sorprendente derrota en Tarragona, una de las pocas decepciones que ha dado esta temporada. Por lo tanto, la victoria se hacía imprescindible si quería seguir aspirando a jugar el play-off con todas las de la ley.

La historia del partido podría haber sido muy diferente si a los siete minutos el árbitro -el cántabro López Toca, el mismo que expulsó a Moreno en Córdoba- hubiera pitado un claro penalti de Sastre a Luis Rioja. Lo que hizo el de Porreres fue una zancadilla con todas las de la ley que el colegiado no vio o no quiso ver. Mejor así. Sufre más de la cuenta Sastre esta temporada, muy diferente al de la pasada. Pero tiene una virtud, y es que nunca se da por vencido. Insiste hasta que se queda satisfecho.

Esta acción espoleó al Mallorca, que cada vez se acercaba con más peligro a la portería de René. En un solo minuto, del nueve al diez, Budimir gozó de dos buenas ocasiones para marcar. Lucha, pelea por alto y por bajo el croata. Es un incordio para todas las defensas, pero está desafortunado de cara al gol. Suma cinco, pero por las oportunidades de que disfruta en cada partido debería llevar alguno más.

Poco más pasó en una primera parte sin goles, pero entretenida. En la segunda, el Mallorca salió decidido en busca de la victoria. La tuvo Aridai a los seis minutos al recibir un milimétrico pase de Estupiñán -que volvía a la titularidad después de su larga lesión-, pero el grancanario se escoró demasiado y su remate se fue desviado, para la desesperación de una afición que empezaba a estar de los nervios.

En el minuto 55 el Almería se quedó con uno menos al ver Montoro la segunda amarilla por una espectacular entrada a Lago. Todo parecía ir a pedir de boca para los rojillos. Moreno no esperó ni cinco minutos para dar entrada a Abdón por Pedraza. Había que ir a por el gol sin contemplaciones. El Almería se defendía como gato panza arriba. Definitivamente, se había olvidado de la portería de Reina y se dedicó a conservar un punto que no le servía para nada. Y a base de perder tiempo. Un mundo para realizar un cambio, otro para el lanzamiento de un saque de esquina o tirarse sobre el césped por una supuesta lesión. El público, con razón, estaba que trinaba.

Hasta que llegó la acción que decidió el partido. Salva Sevilla fue objeto de falta al borde del área y el propio futbolista se encargó del lanzamiento. De forma magistral batió a René. No extrañó que Estupiñán simulara que le limpiara las botas. Era el minuto 75. El gol era oro puro para el Mallorca. Moreno lo tuvo claro. Dio entrada a Baba por Budimir para dominar el centro del campo. Aunque el equipo estaba con ventaja en el marcador y en número de efectivos, se trataba de correr el menor número de riesgos posible. El Almería se quedó con nueve al ver Aguza la roja directa en el minuto 90 y, con el partido acabado, fue Saveljich el que también fue expulsado en una matinal aciaga de los andaluces.

Sin excesivos sobresaltos, el Mallorca llegó a la orilla con éxito. Suma una victoria vital, que le deja a un solo paso de jugar el play-off. Una victoria más en los tres partidos que restan debería bastar.