Acierto, suerte y precisión, esos son los factores que Vicente Moreno echó en falta ayer ante el Nàstic de Tarragona. El técnico del Real Mallorca, que regresaba ayer a la que fue durante cuatro temporadas su casa, aceptó con resignación la derrota ante el conjunto catalán y mandó un mensaje de aliento a un vestuario "muy fastidiado" tras el resultado.

"Le decía ahora a los jugadores que no quería ver a ninguno llorando", reconoció el preparador valenciano sobre el estado anímico del equipo tras caer derrotado en Tarragona. "Llevábamos muchos partidos ganando o sumando y sabíamos que no iba a ser fácil mantener eso hasta el final de la temporada. Hay que pasar página porque seguimos en una situación muy buena y tenemos que seguir luchando. Hay que recuperarse y coger la semana con energía", reconoció el de Massanassa

Moreno no quiso señalar a ningún jugador durante la rueda de prensa, pero sí dio explicaciones sobre la sustitución de Leo Suárez por Abdón Prats en el tiempo de descanso: "El plan que teníamos en el inicio del partido era el idóneo y el bueno para este encuentro, pero al descanso íbamos perdiendo. Podía haber insistido con el mismo planteamiento o cambiarlo y hemos optado por darle una vuelta y meter a otro punta, incluso también hemos apostado por Stoichkov en los últimos minutos, pero no ha sido fácil. El Nàstic nos ha defendido bien".

Moreno también se refirió a lo inesperado de la derrota ante un rival, a priori, inferior al conjunto bermellón, dada su situación en la tabla clasificatoria: "En un partido, independientemente de lo que diga la clasificación, son las circunstancias del encuentro lo que marcan lo que pueda pasar o dejar de pasar. Es verdad que nos encontrábamos con dos equipos en momentos opuestos, pero ya sabemos que en esta categoría puede pasar cualquier cosa. Ha sido así a lo largo de toda la temporada".