La presentación de Ante Budimir ante su nueva afición tuvo su lado positivo y el más oscuro. Marcó el gol de la supuesta tranquilidad en el minuto 18 al transformar, a lo Panenka, el penalti cometido sobre Lago Junior. Pero cometió un error imperdonable al ver la segunda amarilla en el minuto 68 por un codazo a un contrario que dejó a su equipo en inferioridad con más de veinte minutos por delante. Suerte tuvo el Mallorca de llevar dos goles de ventaja y de contar con un guardameta como Reina, que con sus intervenciones evitó males mayores. Baja segura para Albacete, Budimir demostró que se mueve bien en posiciones de ataque, que sabe cobinar y posee una buena zurda. Su altura debe aprovecharla para el bien del equipo y no para que salga perjudicado. Tiene que ir con mucho cuidado.