El Mallorca tiene ahora cuatro puntos menos en la clasificación por no haber sabido cerrar los partidos en superioridad numérica. Curiosamente en los únicos duelos en los que ha contado con un jugador más que el rival, a pesar de llevar ventaja en el marcador, ha acabado pagando su falta de ambición para triturar al adversario. Sucedió el sábado ante el Cádiz (1-1), en un empate que todavía duele, y pasó el 21 de octubre en Son Moix ante el Extremadura en otra igualada de esas que hacen mucho daño (1-1).
En las dos ocasiones los de Vicente Moreno. No supieron gestionar la doble ventaja que suponía disponer de un efectivo más sobre el césped y, sobre todo, la renta en el electrónico. Porque en el Carranza el Mallorca lo tenía todo de cara para conquistar el triunfo en un escenario de postín y frente a un rival directo en la lucha por meterse en el play-off de ascenso.
Justo después de que Stoichkov anotara su gol, Jairo le soltó un manotazo a Dani Rodríguez que dejó al Cádiz con diez. Era el minuto treinta y siete, tiempo más que suficiente para enterrar a los andaluces. Pero nada más lejos de la realidad. El Mallorca se hizo pequeño, dio un paso atrás y apenas trató de dar algún zarpazo que hubiera sido definitivo. Hasta que en el ochenta y cinco, cuando los isleños ya miraban el reloj, Garrido remató como pudo tras un córner en una acción en la que Manolo Reina. Lo que es seguro es que el portero llegó tarde y el jarro de agua fría fue enorme. Incluso después con nueve, ya que vio la roja el propio Garrido, los baleares ya no pudieron hacer nada para cambiar el destino del duelo.
Esta zozobra se parece mucho a la del duelo de hace tres meses frente a los de Almendralejo. O incluso quizá fue peor. El Mallorca vencía por 1-0 gracias a un tanto de Aridai y el Extremadura se quedó con diez por expulsión de Aitor en el minuto setenta. Quedaba tiempo más que suficiente para dar la estocada, pero el equipo se dejó dominar por un adversario valiente y que encontró el premio en el descuento. El colegiado señaló penalti por agarrón de Valjent y Kike Márquez marcó. Ver para creer. Se le escaparon dos puntos cuando parecía que ya estaban en el bolsillo. No había servido de nada jugar con uno más. Y no está esta Segunda División para regalos.
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