Fútbol y violencia volvieron a unirse el pasado fin de semana en Palma. Decenas de ultras de los Supporters del Real Mallorca y los Riazor Blues del Deportivo de la Coruña se enfrentaron el sábado en una batalla campal en las inmediaciones de Son Moix dos horas después del final del partido. Los dos bandos, que se habían citado para pegarse, intercambiaron patadas y puñetazos hasta que la Policía Nacional los dispersó. No hubo detenidos, pero los agentes identificaron a una veintena de implicados de ambos equipos que se enfrentan ahora a multas de al menos 3.000 euros. La Policía intervino además en otros dos altercados entre aficiones en los alrededores del estadio.

Los Supporters y los Riazor Blues quisieron saldar sus cuentas pendientes aprovechando el partido entre ambos equipos. Según las fuentes consultadas, ultras mallorquines y gallegos se citaron a lo largo de la semana para pelear antes del encuentro. Los isleños contaban con el apoyo de radicales del Colonia, equipo alemán que realiza en Palma una concentración por el parón invernal en Alemania, con los que tienen excelentes relaciones. Los seguidores de este club germano han protagonizado sonoros altercados, el más importante en Londres con motivo de un partido contra el Arsenal de la Europa League, cuyo inicio se demoró una hora.

"¿Dónde están los Riazor Blues?"

Hacia las siete y media de la tarde del sábado, cinco jóvenes radicales del Mallorca "de estética neonazi", según un testigo, irrumpieron en el bar La Rotonda, muy cerca de Son Moix y repleto en ese momento de aficionados del Deportivo. "¿Dónde están los Riazor Blues?", preguntaron a gritos, abriéndose paso a empujones y asegurando que iban a arreglar "cosas del pasado". "Allí había muchas familias con niños que se quedaron paralizadas", explica el testigo.

Un aficionado gallego "bastante ebrio" les plantó cara. Como respuesta, recibió una fuerte patada que le hizo caer al suelo. También fue agredido un adolescente de 16 años, al que tiraron contra una pared de un empujón. Los ultras mallorquines intentaron además arrebatar una bandera a los hinchas coruñeses antes de marcharse del lugar.

Cuando llegó la Policía Nacional, los Supporters ya se habían marchado. Los agentes comprobaron que varios aficionados gallegos habían sufrido lesiones leves. La presencia policial hizo desistir a los ultras de ambos bandos de encontrarse entonces para ajustar cuentas.

Durante el partido no hubo ningún incidente. Los ultras del Mallorca ocuparon su ubicación habitual, en la grada Lluís Sitjar, mientras los deportivistas fueron situados en la parte contraria del estadio. El operativo desplegado por la Policía Nacional se concentró al concluir el partido. Numerosos agentes acompañaron a los aficionados gallegos a su salida de Son Moix para evitar altercados. Los dos grupos radicales se enzarzaron esta vez con amenazas e insultos, pero el despliegue de los agentes evitó males mayores.

El incidente más grave y multitudinario se produjo dos horas después del final del partido. El escenario fue la confluencia del Camí del Reis y el Camí de La Vileta, junto al bar en el que se había producido el primer altercado antes del encuentro. Hacia las doce y media de la madrugada del domingo, decenas de ultras de los dos equipos se enfrentaron en una batalla campal en plena calle.

Según explicaron fuentes policiales, hasta medio centenar de personas participaron en una pelea multitudinaria en la que se propinaron patadas y puñetazos. La Policía Nacional no tardó en desplegarse por la zona y dispersar a los contendientes, "evitando que la situación fuera dramática, debido a la agresividad mostrada por los implicados", según informó el cuerpo policial en un comunicado.

Los agentes identificaron finalmente a una veintena de aficionados del Mallorca y el Deportivo de la Coruña. El incidente fue notificado a la Comisión Nacional contra la Violencia y la Intolerancia en el Deporte. La Policía ha propuesto a la Delegación del Gobierno en Balears que sancione a las 20 personas identificadas por una infracción de la Ley del Deporte que acarrea multas de al menos 3.000 euros.

Los partidos desde el palco presidencial por siete euros

El Mallorca inaugura el próximo domingo, con motivo del partido Osasuna-Mallorca, su nuevo espacio denominado 1916 Club, ubicado en el interior del reformado palco presidencial. El club abrirá sus puertas a los aficionados a las 11.30, que podrán ver el partido por siete euros en una de las cuatro pantallas grandes que se han instalado. Los asistentes podrán consumir una bebida y un pincho.