Se hizo esperar, pero el gol de Lago Junior en el minuto 77 hizo justicia al mejor partido del Mallorca sobre un Deportivo decepcionante, que no demostró ser uno de los principales aspirantes al ascenso. La diana del africano es para verla repetida cuantas veces sea necesario por la televisión. Porque reúne todas las cualidades que se demandan en un futbolista: precisión, potencia, cambio de ritmo y puntería. Lago se hizo con un balón al borde del área y, sin pensarlo, lanzó un zambombazo que hizo inútil la estirada de Giménez, el mejor del Deportivo. La euforia se desató en Son Moix, por la belleza pero, sobre todo, por la importancia de un gol que mantiene al Mallorca en la pelea por meterse entre los seis mejores.

El comienzo del Mallorca fue un espejismo. En los diez primeros minutos fue el dueño del balón. Pero fue solo eso, diez minutos. Porque el Deportivo la empezó a tocar, eso sí, sin excesivo peligro sobre el área de Reina. Fue la tónica del equipo de González.

Desde el inicio se vio a un Mallorca temeroso, con mucho, quizá excesivo respeto al Depor, un señor equipo. Fue una primera parte disputada, pero insulsa, con excesivo tacticismo por parte de los dos equipos. Vicente Moreno, que esta semana ha sido protagonista a su pesar al no aclarar si continuará en el Mallorca la próxima temporada, tenía claro que a su rival había que frenarle como fuera en cuanto se acercara al área. Le hicieron caso sus jugadores porque los deportivistas se las vieron y desearon para inquietar a un Reina que en el primer periodo no pasó por ninguna situación de peligro. Los únicos que dieron el susto fueron defensas. Raíllo a un saque de esquina de Salva Sevilla, y Sastre, novedad en el lateral derecho, al rozar el larguero un disparo lanzado con mucha intención. El de Porreres, a un gran nivel, jugó en su auténtica demarcación por primera vez en la temporada. Fran Gámez se había hecho con el lateral derecho y, con toda justicia, ha sido el titular indiscutible. Pero es verdad que el saguntino ha bajado su rendimiento en los últimos encuentros y Moreno, como es habitual en él, no se casa con nadie y no se lo ha pensado dos veces para hacer el cambio de cromos. Le salió bien. Sastre ha vuelto.

Tampoco faltaron las acciones polémicas. La primera, en el área del Depotivo cuando a los 25 minutos el balón impactó en el brazo de Bóveda. Pero acertó el árbitro porque primero dio en la pierna del defensa deportivista. En el 34 fue Valjent el que tocó el balón con su mano izquierda en un despeje de Raíllo. Ahí sí pudo pitarse penalti, pero afortunadamente para el Mallorca, el colegiado se desentendió de la jugada.

El Mallorca salió decidido a por la victoria en la segunda parte. Su mayor ambición tuvo premio. Pudo adelantarse en dos acciones consecutivas. A los diez minutos Marí despejó el balón al poste tras un disparo de Sastre y con Giménez batido. A continuación, y en la mejor ocasión, el guardameta del Depor evitó el primer gol con un paradón en un remate de cabeza con veneno de Pedraza. Eran los momentos de más presión de los rojillos. Pudo marcar Sastre, pero Giménez respondió con un paradón. Y menos de un minuto después, Abdón, que acababa de entrar y en la primera pelota que tocó, cabeceó al larguero.

El partido era del Mallorca, que consiguió agobiar a su ilustre rival. Moreno apostó por Aridai para el último cuarto de hora. Y fue en ese momento cuando llegó la acción que decidió el partido. Sin pensarlo, Lago lanzó un obús que se coló en la portería de Giménez. Aún hubo tiempo para el susto cuando Raíllo estrelló el balón al larguero de Reina, que no fue gol de milagro.

Lago hizo justicia a la mejor segunda parte del Mallorca, que con quince minutos por delante, se dedicó a defender la preciosa ventaja. Y lo logró para alegría de una afición que se lo está pasando en grande. Este Mallorca promete guerra. Y la va a dar.