Siempre he sido partidario de que el fútbol sea para los listos, de que la pillería y la picardía forman parte del juego y todas esas cosas, pero si algo no tolero es la injusticia, los malos modos y la falta de nobleza y ayer el Deportivo de La Coruña me decepcionó especialmente, sabiendo, ya digo, que las pulsaciones van a mil, que hay mucho en juego y todas esas cosas. En un momento dado de la segunda parte un futbolista del Mallorca cae lesionado y el equipo mallorquinista, con la posesión del balón, opta por lanzar la pelota fuera para que el jugador sea atendido. Una vez recuperado el jugador, el Deportivo no devolvió el balón y eso es juego sucio, eso es un golpe bajo y por eso califico al equipo gallego de Antideportivo de la Coruña. Y me fastidia, porque al Superdepor lo hemos admirado todos durante muchos años por sus gestas y por aquellos jugadores idolatrados en Son Moix como Diego Tristán, Albert Luque o Juan Carlos Valerón que dejaron la isla para triunfar también en Galicia. La respuesta de la afición mallorquinista me asombró. Mostraron su indignación con 'música de viento' permanente y sonora para demostrar su disconformidad con la antideportividad de un equipo que por unos minutos alteró su propio nombre, el Antideportivo de La Coruña. ¡Ah! Y 1-0 y 33 puntos.
Oferta Flash
Suscríbete a Diario de Mallorca durante nueve meses por tan solo 9,99 euros