En el último partido de un 2018 inolvidable, el Mallorca se impuso al Nàstic de Tarragona con goles de dos meritorios, Pervis Estupiñán y Stoichkov, protagonistas inesperados de una victoria sin brillo pero que sirve para romper la racha de dos derrotas consecutivas. A Vicente Moreno, que cumplió su segundo partido de sanción, le salió la jugada a la perfección. El valenciano apostó por el ecuatoriano en lugar de Sastre. Suena a castigo, o como se le quiera llamar, la suplencia del jugador de Porreres, que ha pagado con el banquillo el error que costó la derrota en El Molinón la pasada semana.

El gol de Estupiñán a la media hora rompió un partido monótono, aburrido, en una ambiente gélido, por la baja temperatura y porque ninguno de los dos equipos ofrecían nada interesante. El Mallorca nunca se encontró cómodo ante un rival que llegaba con la moral reforzada por su victoria ante el Extremadura a domicilio. Dicen los que vieron ese partido que fue un churro, y que los hombres de Enrique Martín aprovecharon la única ocasión de gol que tuvieron en todo el encuentro, jugando con una defensa numantina. Ayer no fue igual, pero casi. El Nàstic buscaba la portería de ReinaPara suerte del Mallorca.

El gol de Estupiñán fue de lo poco destacable de una primera parte que no pasará a la historia. El ecuatoriano provocó una falta en el lateral del área de Barragán. Salva Sevilla la sacó en corto hacia Estupiñán, que enganchó un zurdazo que se coló en el segundo palo. Respiro.

LaLiga 123: Los goles del Mallorca - Nástic (2-0)

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El gol no tranquilizó al Mallorca en la segunda parte. A saber lo que hubiera pasado con otro rival con mayor enjundia enfrente. El equipo seguía sin ofrecer nada interesante, y se salvaba, gol de Estupiñán aparte, por las ganas que le puso Dani Rodríguez, que estuvo en todas, y la seguridad defensiva de Valjent, que está pidiendo a gritos la titularidad en el centro de la defensa. El conjunto rojillo estaba lejos de mostrar su habitual personalidad por la ausencia de los extremos. Partido para olvidar de Aridai, sustituido a falta de veinte minutos por Stoichkov, y de Lago. Al africano le salva que lo da todo sobre el terreno de juego, y ayer no fue una excepción ante su ex equipo. Pero cuando tiene el día tonto no le sale nada y se convierte en un jugador vulgar. No se le puede reprochar que no lo intentara, pero estaba claro que ayer no era su noche.

Aunque en el tramo final el Mallorca se hizo dueño del centro del campo, la intertidumbre por lo corto del marcador pesaba en el ambiente. Pero Stoichkov, a los doce minutos entrar en el terreno de juego por un desacertado Aridai, acabó con todos los miedos. El andaluz aprovechó un centro de Lago tras una gran jugada personal y puso la tranquilidad en la grada. Fue el premio a la persistencia de Lago, que empezaba a escuchar algunos murmullos desde la grada por su desacertada noche. Pero si algo tiene el de Costa de Marfil es que nunca se rinde. Lo intenta una y mil veces si es preciso. Por eso es insustituible para su entrenador.

El partido estaba finiquitado porque si con 1-0 el Nàstic dio pocas señales de vida, con el segundo gol acabó de cavar su fosa de forma definitiva. El equipo de Martín está cogido con alfileres. Tiene poco donde agarrarse y su mejor jugador, el ex rojillo Javi Márquez, ya no es el que un día llegó a ser.

El Mallorca cierra un 2018 inolvidable, con el ascenso a Segunda y con sus aspiraciones intactas de intentar el ataque a la sexta plaza en una segunda vuelta que se presenta apasionante, con un montó de equipos luchando por meterse entre los seis primeros. El equipo rojillo se lo está ganando a pulso. El descanso le irá de maravilla a un grupo que parece algo cansado. Se han ganado unas merecidas vacaciones a la espera de si llega el ansiado delantero, la pieza que le falta a este equipo para soñar en grande.