El Mallorca sufrió anoche su segunda derrota consecutiva al caer ante el Sportingen un partido en el que pagó un grave error de Joan Sastre y en el que estuvo lejos de su mejor versión, sobre todo en ataque. El gol de Blackman, después de que el canterano se dejara robar la cartera en el interior del área por Djurdjevic, fue suficiente para doblar la rodilla. Los bermellones, ayer de negro y amarillo, estuvieron mejor en la segunda mitad, pero fue insuficiente para tumbar a un adversario en alza que dispuso de ocasiones más claras. Los de Moreno, ayer en la grada por culpa de su sanción de dos encuentros, desperdiciaron la oportunidad de regresar a los puestos de play-off y se ven obligados a vencer al Nàstic el próximo viernes en Son Moix para despedir este 2018 con un buen sabor de boca tras caer ante el Málaga y los gijoneses.

No hay ningún motivo para la alarma, ni mucho menos, pero si las expectativas generadas por este gran inicio de campeonato se elevan, el equipo no se puede mostrar tan inocente en los últimos metros. Sin embargo, poco se le puede reprochar a estos jugadores, que compiten incluso cuando no están finos, como ayer.

Lo mejor que le pudo pasar al Mallorca al finalizar el primer acto fue marcharse al descanso con empate. Después de un inicio en el que mostró cierto descaro para asustar al Sporting, sufrió para mantener la portería a cero ya que apenas superó el centro del campo. Blackman remató fuera un tiro a los tres minutos y Lod, poco después, puso a prueba a Manolo Reina, que ayer regresó a la titularidad tras superar su lesión. Los bermellones esperaron su momento en el contraataque, pero la imprecisión en el último pase impedía hacer daño de verdad. Por ejemplo, un buen centro de Salva Sevilla, que no encontró rematador, o un disparo de Valcarce demasiado alto, daban señales de vida. Los locales dieron un paso hacia adelante a la media hora y los de Moreno se defendieron como pudieron. De hecho, Raíllo despejó un balón muy peligroso frente a su portería tras un centro de Carmona que tenía toda la intención de colarse. Pero la ocasión más clara llegó en el minuto treinta y tres. Reina exhibió sus reflejos en una gran estirada tras un saque de falta de Carmona, muy activo, que rozó en un jugador lo suficiente como para obligar al meta andaluz a lucirse. El Mallorca, sin el dominio del balón, fue incapaz de reaccionar. Babin, con una volea muy alta, dio otro aviso antes del descanso.

Los baleares mostraron otra cara en la reanudación. Elevaron su intensidad y el Sporting lo acusó. De hecho, en el minuto 51 llegó la ocasión más clara para los visitantes. Un soberbio pase con el exterior de Álex López dejó solo a Fran Gámez, pero el del Puerto de Sagunto estaba demasiado escorado. Su disparo fue repelido por el meta Mariño cuando tenía a varios compañeros que se podrían haber aprovechado de su pase. Y Lago, poco después, también lo intentó tras una buena acción de Dani Rodríguez, pero su disparo raso fue blocado por el cancerbero.

Y como el fútbol es así de caprichoso, cuando peor estaban los asturianos, llegó su gol. Raíllo despejó un centro de Carmona, el balón cayó en las botas de Joan Sastre, que en una acción impropia del de Porreres, se durmió y se dejó robar el balón dentro del área por Djurdjevic. El balcánico centró y Blackman batió a Manolo Reina. El mazazo fue tremendo, de los que hacen mucho daño, porque el Mallorca estaba demostrando que ya se había sacudido la empanada de la primera mitad.

Los isleños mantuvieron la posesión del balón, pero el Sporting esperaba hacer daño a la contra, como en una en la que Reina repele un tiro de Traver.

La entrada de Buenacasa por un desaparecido Valcarce, y después la de Abdón, añadió más mordiente. Tocaba arriesgar. Raíllo estuvo a punto de llegar a un gran centro de Salva Sevilla y el propio Buenacasa, con un cabezazo, inquietó a Mariño. Sin embargo, eso apenas se tradujo en más ocasiones. Lago, con un fuerte disparo, y Raíllo, ya en el descuento, tirando a puerta, se quedaron con las ganas. El Sporting pudo poner la estocada, pero Reina lo evitó ante Djurdjevic y Nacho Méndez. Y cuando solo quedaba tirar de corazón, Álex López en la frontal, chutó muy alto. Triste final para un triste resultado.