"El árbitro no ha estado a la altura del partido", dijo Álex López sobre la actuación de Gorostegui Fernández. Probablemente el delantero del Mallorca tenga razón, pero lo que es seguro es que el colegiado vasco fue el protagonista del encuentro de los bermellones ante el Málaga. Ya en la primera parte despertó la ira de la afición al anular el gol de Raíllo de cabeza por fuera de juego cuando el marcador todavía era de empate a cero.

Sin embargo, ese enfado se quedó en nada con lo que sucedió en el minuto 86. Baba, Jack Harper y Raíllo chocaron con la cabeza cuando los tres saltaron a por el balón. El africano y el jugador de los andaluces se quedaron tendidos en el suelo y los bermellones creyeron que el trencilla detendría el juego, tal y como había sucedido poco antes en una acción similar. No obstante, nada más lejos de la realidad. El juego siguió y Cifu marcó el 1-2.

Ahí fue cuando Vicente Moreno sacó los colmillos, aunque sin mediar insulto, tal y como aseguró el propio entrenador y confirmó el árbitro en el acta. Faltaría más. "Fue expulsado por protestar de forma ostensible y reiterada una decisión mía después de haber sido advertido en varias ocasiones por el cuarto árbitro", escribió Gorostegui Fernández. El valenciano no entendía esa diferencia de criterio sobre una jugada parecida. El preparador del Málaga se mostró más diplomático acerca del asunto. "Mientras el balón siga el juego y el colegiado no valore parar, tenemos que seguir la jugada", dijo Juan Ramón López Muñiz.

Son Moix se convirtió en un clamor contra el colegiado, que también expulsó al fisioterapeuta del Mallorca, Magí Vicens. Ya no había nada que hacer. "Otro día nos favorecerán", aseguró resignado Moreno ante los periodistas.