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Lago vive su momento más dulce

El africano, que suma siete goles en catorce partidos, marca las diferencias en el Mallorca en cualquier posición del ataque

Lago vive su momento más dulce LOF

Lago Junior mostró siete dedos a la cámara de televisión, recordando los goles que lleva esta temporada, nada más marcar el segundo en Zaragoza. Quiso reivindicarse de esta manera ante toda España, ya que el partido se estaba emitiendo en abierto, justo antes de mirar al centenar de mallorquinistas que estaban en la grada celebrando el 0-2 en el marcador.

El africano está viviendo su mejor momento desde que viste de bermellón. La voracidad que está demostrando en este inicio de curso no parece tener límites. Sus dos goles en un escenario de tanto lustre como La Romareda alimentan las esperanzas de que, a punto de cumplir los 28 años, esta puede ser la temporada de su vida.

Ya lleva siete dianas en apenas catorce encuentros, un balance sensacional y que se ha traducido en puntos para los de Vicente Moreno. Es uno de los indiscutibles para el técnico valenciano ya que, de hecho, es el que más minutos acumula de la plantilla en lo que se lleva de curso, con un total de 1.244.

Con el permiso de Salva Sevilla, es la estrella de un Mallorca que se aprovecha de su polivalencia en todos los puestos de ataque. Da igual la posición en la que juegue. Marca las diferencias. Ha actuado en el extremo derecho, en el izquierdo, como segunda punta y hasta de ariete de referencia y en todas ha sido fundamental. Como el sábado ante el Zaragoza, cuando a los veinte minutos ya había puesto el 0-2 en el marcador. El primero tras demostrar olfato en el área al estar en el sitio justo y en el momento preciso, como se le exige a cualquier 'nueve', y en el segundo poniendo la cabeza con toda la intención tras aprovechar un buen centro de Aridai desde la banda derecha.

Lago, que hace meses que acaba de ser padre, se está mostrando más maduro en su juego y más regular en su rendimiento que cuando llegó en el mercado invernal de la temporada 2015/2016. No solo marca, también da asistencias, crea peligro con su potencia en la banda y demuestra descaro a la hora de encarar al adversario. Es una versión cada vez más mejorada de un futbolista que siempre despertaba expectativas, pero que se quedaba a medio camino. Hasta ahora. Ha pasado de dejar detalles para la esperanza a convertirse en un referente.

Con el desembarco de Robert Sarver en la propiedad del club, el consejero delegado Maheta Molango no dudó a la hora de pagar los 240.000 euros de su cláusula de rescisión al Mirandés. Llevaba siete dianas en media temporada con los de Anduva, curiosamente la misma cifra de goles que lleva con el Mallorca, aunque ahora sea a mediados de noviembre.

Siempre gozó de minutos y alternó buenas actuaciones con otras en las que fue instrascendente, hasta que llegó el descenso. Y el club, a pesar de que tenía muchas ofertas para salir, apostó por quedárselo. Y el jugador aceptó. "Tengo una espina clavada", dijo entonces. Y acertó porque fue clave en el ascenso de la pasada campaña, en la que anotó ocho goles -estuvo tres meses lesionado- y quiere aprovechar ese mismo impulso para seguir creciendo. Todo apunta a que va a seguir con el pie apretado en el acelerador. Moreno, con el que ya coincidió con éxito en el Nàstic de Tarragona, sabe exprimir sus virtudes. Ya quedó claro la pasada campaña en Segunda B y se está confirmando en la presente, un escalón más arriba.

El único tanto del africano que no ha reportado puntos en el casillero del Mallorca fue el primero. Batió a Tomeu Nadal de disparo fuerte, que rebotó en un zaguero del Albacete en un choque que finalizó con triunfo manchego en Son Moix (1-3). Pero después fue uno de los goleadores en la victoria ante el Tenerife (4-1) y ante el Las Palmas colaboró con uno de los tantos que sirvieron para evitar la derrota (2-2).

Quizá el más celebrado fue el que anotó en Oviedo hace apenas tres jornadas, cuando metió la punta de la bota entre los dos centrales para igualar el choque en el Carlos Tartiere (1-1). Y en la semana siguiente también alegró a los mallorquinistas al marcar ante el Córdoba (3-0). Sus dos goles al Zaragoza, que han hecho mucho ruido a nivel nacional, deben interpretarse como un premio a su constancia. Pero quiere más. Hasta que se le acaben los dedos de las manos, como mínimo.

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