"Esto no puede volver a pasar, hay que saber de dónde viene el problema", decía indignado un empleado del Mallorca ayer cuando fue preguntado sobre el apagón que sufrió el estadio de Son Moix. Fue en el minuto treinta del encuentro ante el Córdoba, aunque ya llueve sobre mojado porque hace apenas dos semanas, el 31 de octubre, se produjo una idéntica situación en el duelo de Copa del Rey ante el Real Valladolid. Tanto en un caso como en otro el problema se resolvió gracias al generador que hay en el estadio, que pudo suministrar de luz sin problemas. Los duelos fueron interrumpidos unos quince minutos.

El consejero delegado del club, Maheta Molango, estaba visiblemente molesto por este asunto, que debe resolverse de inmediato. De hecho, según fuentes consultadas, hoy se celebrará una reunión de "comité de crisis", así la llaman, con Endesa y con la empresa Cabot para detectar dónde falla el suministro. En el Mallorca son conscientes de que, más allá de la pobre imagen exterior que transmite esta circunstancia, es un problema importante y que, además, se expone a una dura sanción por parte de la Liga de Fútbol Profesional. De hecho, su enviado ayer al duelo ante los andaluces tomó buena nota de lo sucedido. Lo único que puede evitar que la entidad sea castigada es que demuestre que es un error ajeno al club y que el culpable es Endesa.

La explicación que dio el Mallorca en el apagón ante el Valladolid fue que se produjo un microcorte en la línea de Endesa que ofrece el suministro eléctrico al Estadio de Son Moix. En ese lapso de tiempo, los servicios de mantenimiento del Real Mallorca, se vio obligado a poner en marcha un plan B: arrancó el generador propio que funciona con gasolina diésel. Está por ver si la causa de ayer fue la misma, aunque todo apunta a que no.

Los aficionados reaccionaron con burla y resignación cuando se produjo el apagón y encendieron sus móviles para iluminar sus respectivas ubicaciones. Después todo volvió a la normalidad.