La Copa del Rey, salvo contadas excepciones, tradicionalmente es una competición utilizada para que los suplentes en la Liga se reivindiquen, tanto en el Mallorca como en otros clubes. Nada más lejos de la realidad porque los futbolistas bermellones, que se midieron el pasado miércoles al Valladolid (1-2), dejaron escapar una buena oportunidad, más allá de la derrota ante un Primera División, para merecerse más minutos.
El técnico Vicente Moreno no pudo ocultar su decepción por la triste imagen del once por el que había apostado y en el que solo figuraba un titular, Xisco Campos. "Estoy decepcionado conmigo mismo, esperaba mucho más. Son capaces de hacerlo mucho mejor y si no lo han hecho es que no he sido capaz de transmitirles lo que yo quería", confesó el preparador.
Por mucho que el técnico se tirara piedras sobre sí mismo, este duelo de Copa deja más sombras que luces sobre su fondo de armario. Faurlín, Valcarce y Carlos Castro, que estaban llamados a ser importantes, están muy lejos de lo que se esperaba. Los tres justificaron la decisión de Moreno de que apenas tengan presencia en la Liga. El pivote cuajó una horrible actuación a todos los niveles, mientras que el extremo, que llegó tras triunfar en el Numancia, apenas creó peligro. Castro, que empezó el curso siendo titular, ha perdido esta condición y frente a los pucelanos deambuló por el campo hasta que fue sustituido. Giner tampoco convenció como lateral izquierdo y Baba evidenció nerviosismo y precipitación.
El regreso de Joan Sastre y Buenacasa, con gol incluido en su estreno como mallorquinista, sí son buenas noticias, así como también las virtudes que evidenció el central juvenil Pablo RamónPablo Ramón en su debut. Merveil dejó algunos detalles de su velocidad y estuvo muy activo, pero no fue suficiente. Eso sí, seguramente este domingo en Liga ante el Oviedo, ninguno de ellos -quizá solo Giner- será titular. No es ninguna sorpresa.
