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Opinión

Hay motivos para estar tranquilos

El mallorquinismo tiene motivos para estar disgustado, sobre todo por la forma en que llegó el empate, pero también para estar tranquilo. Se puede criticar que al equipo le faltó oficio justo cuando este curso lo está exhibiendo, se puede lamentar la falta de puntería, aunque eso ya no es novedad, incluso que comete penaltis evitables, pero todo eso no es motivo de alarma. Ni mucho menos. Este Mallorca tiene quince puntos y está sexto en la tabla, después de haber aterrizado de la Segunda B. Es un escenario que solo hubieran dibujado en julio los más optimistas. Nadie duda de este equipo. O al menos los que lo hacen están muy callados. Ya aparecerán. Seguramente vendrán momentos delicados a lo largo de esta tortuosa categoría, pero este vestuario tiene compromiso de verdad, y eso no es un tópico. Si se quiere ascender a Primera División quizá no alcanza con lo que tiene, pero... ¿hay alguien sensato que lo exija? Hay que seguir disfrutando, aunque toquen palos como el de ayer. Esto también forma parte del fútbol.

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