El Real Mallorca no pudo con el Granada en el Nuevo Los Cármenes. Los bermellones cayeron por la mínima ante el segundo clasificado de la tabla en un partido trabajado e igualado, cuyo resultado más justo habría sido el empate.

Los rojillos, sólidos en defensa y agresivos en ataque, tenían estudiado al rival y así lo demostraron sobre el terreno de juego. La pólvora mojada fue el único pero que se le pudo poner a los pupilos de Vicente Moreno, que fueron incapaces de aprovechar las oportunidades que tuvieron de cara a portería para rascar un empate.

Moreno dio continuidad al equipo que vapuleó la pasada jornada al Tenerife en Son Moix. Raíllo, con dudas hasta el último momento, finalmente entró en el once del valenciano. Pablo Valcarce fue el sacrificado en la lista de convocados.

El Mallorca se agradó desde el primer instante. No había transcurrido ni el primer minuto del encuentro cuando Dani Rodríguez llamó a la portería nazarí con un disparo seco desde la frontal. Era solo la presentación de la hoja de ruta que siguió el conjunto bermellón durante la primera media hora del encuentro.

Lo volvió a intentar el futbolista gallego, esta vez de cabeza, tras un gran centro de Salva Ruiz en el minuto 12. El esférico pasó rozando la portería defendida por Rui Silva. El Mallorca llevaba las cuentas, controlaba el tempo e imponía su ritmo ante un rival desubicado que, con el paso de los minutos, fue tomando protagonismo.

El verdadero dolor de cabeza bermellón surgió cuando el trío formado por Vadillo, Puertas y Pozo se puso el mono de trabajo. El Granada empezó a marcar su ritmo e imponer su temperamento. Lago Junior, muy espeso en labores defensivas, se las vio y se las deseó para frenar las internadas del conjunto dirigido por Diego Martínez.

Corría la media hora de juego cuando Alejandro Pozo sorprendió con un disparo de rosca desde la frontal del área y pegadito al larguero de la portería defendida por Manolo Reina. Poco pudo hacer el guardameta de Villanueva del Trabuco para frenar el trallazo del mediapunta sevillano. Medio gol, eso sí, subió al contador particular del gaditano Álvaro Vadillo, quien se encargó de enarbolar la jugada con un maravilloso taconazo.

El Mallorca pedía a gritos el descanso, pero en una jugada aislada, Aridai desaprovechó la mejor ocasión de los bermellones. El extremo recibió en el interior del área un grandísimo centro de Abdón, y solo ante el portero, el canario envió el balón inexplicablemente fuera.

Baba salió tras el descanso para sustituir a un tocado Marc Pedraza en el centro del campo. El ghanés desesperó a Moreno que, desde la banqueta, no paró de darle instrucciones durante los 45 minutos que estuvo sobre el verde.

El Granada siguió atropellando a su rival en los primeros instantes del segundo periodo con grandes contras orquestadas por su trío de ases. Los bermellones echaron en falta a un Salva Sevilla desaparecido durante gran parte del duelo.

Pese a ello, el conjunto bermellón no bajó los brazos. Probó atino nuevamente Aridai, en el minuto 54, con un potente disparo desde la frontal que desarticuló el cancerbero nazarí. Lo intentó también Salva Ruiz con un remate que se fue a las nubes tras un gran centro de Lago Junior.

El preparador valenciano introdujo dinamita en el campo. Sentó a Dani Rodríguez y Aridai, para dar los minutos de protocolo a Álex López y Ferran Giner. No se arrugó el conjunto rojillo, que con un empate se hubiera dado con un canto en los dientes.

Lo siguió intentando con más desespero que acierto, con más esperanza que atino, pero el Granada es mucho Granada. Los de Diego Martínez no ocupan la segunda plaza de la tabla por casualidad. Están ahí por méritos propios y ante el Mallorca hicieron los suficientes. Pese a la derrota, el Mallorca se mantiene en los puestos de play-off de ascenso a Primera.