Fue sin lugar a dudas la cruz de la jornada. Xisco Campos dio el gran susto de la matinal, dejando en silencio el estadio de Son Moix, al quedar inmóvil sobre el césped en un salto con el albanés Manaj. Los primeros minutos, en los que se formó una tangana que el árbitro, pésimo toda la mañana, no supo atajar, fueron de desconcierto porque el jugador de Binissalem apenas se movía. Fueron diez minutos de incertidumbre, y más cuando se vio llegar a la ambulancia, que se plantó sobre la pista de atletismo a la espera de que el jugador fuera introducido en camilla. Los gestos de los jugadores eran cada vez más tranquilizadores porque el jugador parecía consciente. Después de casi un cuarto de hora, Xisco Campos fue desalojado en medio de una gran ovación de un público expectante por conocer su estado.