Desde el primer minuto se vio que Aridai entró enchufado al partido. Pedía todos los balones, buscaba el desmarque y fijó siempre su mirada en la portería de Tomeu Nadal, guardameta del Albacete. Tuvo en sus botas el gol, pero unas veces por mala puntería y otras porque los defensas manchegos fueron más rápidos, se quedó en blanco. El extremo canario, que le ha ganado de momento la partida a Valcarce, ayer de nuevo fuera de la lista de Moreno, sabe que solo con partidos como el de ayer, aunque la fortuna no le acompañe, se mantendrá en el once inicial. El técnico valenciano lo perdona casi todo, menos la falta de actitud. No la tuvo en algún partido y desapareció del equipo, hasta que ha gozado de nuevas oportunidades y parece que las está aprovechando. Este es el camino.