"¿Estáis seguros de que Fran Gámez no es de Artà?", bromeaba un mallorquinista desde las gradas del Martínez Valero tras una nueva galopada del defensa bermellón por la banda. Insaciable, incombustible, ávido y voraz, el de Sagunto volvió a firmar un partido de escándalo, otro más.

Aterrizó en la isla el pasado mercado invernal. Llegó para comerse el mundo, pero su adaptación no fue todo lo plácida que a él le hubiera gustado. "Aceptar que no contaba con minutos, que no era una pieza importante en el equipo, no fue fácil para mí", reconoció hace unos días el defensa valenciano.

Su carácter retraído le situó en un segundo plano, pero Miranda de Ebro marcó un antes y un después en el futbolista de 27 años: "Recuerdo que cuando vi la lesión de Bonilla me giré hacia el banquillo, no vi a ningún otro lateral y dentro de mí se revolvió algo". El defensa firmó un partido sin titubeos en una posición poco habitual para él. A nadie le pasó desapercibida la osadía y garra del chaval en un partido tan importante. Desde entonces lo ha jugado todo, pero todo, todo. Gámez es el único jugador del plantel bermellón, titular en los seis encuentros oficiales que el Mallorca ha disputado hasta el momento (cinco en Liga y uno en Copa). Sus incursiones por banda, su visión de juego, su descaro en el uno contra uno o su solidez defensiva han enamorado al mallorquinismo, que semana tras semana elogia a su nuevo ídolo. Ayer, sin ir más lejos, apareció de la nada para sacar un balón bajo los tres palos de la portería defendida por Reina.

"Ahora mismo Fran se está ganando estar ahí", reconoció Vicente Moreno sobre el "bendito problema" que se le viene encima, una vez se recupere Joan Sastre. "Acertada o equivocadamente colocaré cada semana al que crea que está mejor. Tengo la suerte de contar con dos jugadorazos en una misma posición y evidentemente habrá uno que tendrá que contar con menos minutos que el otro, pero de eso, el mayor beneficiado será el grupo", apuntó el pasado viernes el de Massanassa.

Mientras tanto el valenciano aprovecha su momento y se reivindica semana tras semana. Gámez no quiere ponérselo fácil a Joan Sastre. Demasiada calidad para un mismo flanco.