Dos jornadas le han sido suficientes a Vicente Moreno para colocar al Mallorca en posiciones de ascenso a Primera. 170 jornadas después, el conjunto rojillo duerme en plazas de ascenso, como colíder de la categoría, solo superado por un Málaga que ha marcado un gol más que los mallorquinistas en las dos jornadas que se llevan disputadas. De hecho, el conjunto andaluz y el isleño, que empataron a cero este mes de agosto en partido de pretemporada, son los dos únicos equipos que han sido capaces de sumar los seis puntos, lo que da una idea de la gran igualdad existente en esta categoría.
Moreno ha conseguido lo que ninguno de sus diez predecesores desde el descenso a Segunda en la temporada 2012-13 ha sido capaz. Oltra, Carreras, Olaizola en dos etapas, Karpin, Miquel Soler, Ferrer, Gálvez, Vázquez y Sergi Barjuan fracasaron en su intento de colocar al Mallorca en las zonas de privilegio. Muchos de ellos fueron víctima del permanente terremoto institucional en que se hallaba inmerso el club, durante la etapa de Serra Ferrer, Biel Cerdà y Utz Claassen, con el foco mediático centrado en las guerras en los despachos más que lo que sucedía en el terreno de juego. Pero lo cierto es que ninguno de ellos supo sacar partido a plantillas confeccionadas para ofrecer un mejor rendimiento.
Hasta su traumático descenso a Segunda B, en la temporada 16/17, el Mallorca demostró acusar la pérdida de la máxima categoría, donde había militado dieciséis temporadas consecutivas. En las cuatro campañas en Segunda llegó a ocupar plaza de descenso, incluso de colista. En pocas jornadas se quitó el Mallorca el cartel de favorito, que lo era por el simple hecho de haber militado en Primera. En la 13-14, la primera tras el descenso, ocupó la última plaza las tres primeras jornadas y la mejor posición fue la séptima en cuatro jornadas (10, 16, 19 y 34). Al final terminó decimoséptimo con 51 puntos, salvado por los pelos.
En la temporada siguiente, la 14-15, fue colista tres jornadas, la 5, 6 y 7, y como mejor posición presentó la octava plaza en la doce. Finalizó decimosexto con 48 puntos. En la 15-16 fue farolillo rojo en la sexta y séptima jornada y se movió toda la temporada en la zona peligrosa de la tabla. Finalizó decimoséptimo con 49 puntos. Y la última antes de descender al infierno de la Segunda B, el equipo fue colista en la jornada 4 y penúltimo entre la 31 y la 38. Los 45 puntos totales le condenaron.
Ahora la historia es diametralmente opuesta. Aunque es verdad que no hay que sacar ninguna conclusión con solo dos jornadas disputadas, lo cierto es que la imagen del equipo invita a ser optimista, al menos en cuanto a que no se debe sufrir para mantener la categoría. El grupo de Moreno ha mantenido durante este inicio de campeonato las buenas impresiones que ofreció durante la pretemporada, plantando cara a equipos de su categoría, como el Cádiz (se perdió 2-1, en lo que fue la única derrota del verano), Málaga (0-0) y Alcorcón (3-2), el rival del Mallorca el próximo viernes en el Santo Domingo.
Desde el club se quiere transmitir un mensaje de prudencia y se recuerda que la temporada es muy larga, y más en Segunda, con 42 jornadas que obliga a prolongar el campeonato hasta el mes de junio. En cualquier caso, Moreno reconoció en la rueda de prensa entender la ilusión de los aficionados "después de varias temporadas frustrantes en lo que todo salía mal", pero pidió "tener los pies en el suelo".
