El pasado 26 de noviembre Ferran Giner saltó al campo del Olot en sustitución de Pol Roigé y en la primera acción en la que tocó el balón se lesionó. Rotura casi completa del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. El fallo era claro, adiós a la temporada.

Desde entonces han transcurrido "siete largos meses", en los que el centrocampista valenciano no ha dejado de trabajar día tras días "para regresar lo antes y lo mejor posible". El extremo reconoce no estar todavía "al 100%", pero de sus palabras se desprende las ganas y la ilusión con la que afronta esta nueva temporada. "Desde que me lesioné, desde el mismo momento en el que estaba en la camilla, ya tenía ganas de volver a vestirme de corto. Este año no creo que haya nadie en el plantel con tantas ganas de empezar a competir".

El pasado 15 de junio el futbolista del Mallorca recibió el alta médica tras seis meses alejado de los terrenos de juego. Tras operarse en Barcelonael pasado 7 de diciembre por el doctor Cugat, los plazos fueron según lo previsto. "He de agradecer el trabajo de los fisios Vero y Magí, que han estado ahí en el día a día, así como al club, que me ha tratado muy bien y por eso vuelvo todavía con mas fuerza", asegura.

Ferran Giner compareció ayer en rueda de prensa. Tras una semana de duros entrenamientos, el futbolista valenciano confiesa el "sacrificio" que ha vivido durante los últimos meses, un sufrimiento que ha sido capaz de superar gracia al "apoyo de su familia" y de jugadores del plantel que también han pasado por lo mismo que él. "Bustos y Faurlín han estado siempre dándome indicaciones, y eso, en el día a día, es súper importante", reconoce.

Ahora solo le falta recuperar la confianza. Hay un "miedo" que, confiesa, sigue patente en su día a día: "Eso es sin duda lo que más cuesta aceptar, de lo que más cuesta recuperarse. Cada vez que hay un balón dividido, me recuerda a aquella jugada donde me lesioné y te hace, sin querer, quitar un poco el pie. Creo que hasta que no me den la primera, me levanten tres metros y no me pase nada, no llegaré a quitármelo del todo".

Giner no se avergüenza cuando reconoce las lágrimas que derramó debido a la complicada lesión. "Ver a los compañeros en el campo, donde yo debía estar, eso era lo más doloroso", recuerda, aunque admite que desde fuera también disfrutó con el ascenso del equipo a Segunda, una categoría "que este año va a ser más competitiva que nunca". "Sabemos que estando en este club tenemos la obligación de mirar hacia adelante. Somos conocedores de la presión que tenemos y no debemos quitárnosla de encima", admite. Ferran se desvive por volver a vestirse de corto y, aunque sabe que la competencia será grande, no se amedrenta: "Hay mucha gente en el equipo y estoy seguro que será un grupo competitivo. Hay que ganarse la posición y todos están demostrando que están por la labor de conseguirla. En esa pelea entraré yo también".