El Real Mallorca ha dado el primer paso de retorno a Segunda División. La victoria por 3-1 ante el Mirandés le da ventaja en el marcador, una ventaja que deberá saber administrar en el partido de vuelta en Anduva el próximo fin de semana. Qué duda cabe que el 3-0 parecía definitivo y que el gol del Mirandés aprieta la eliminatoria y le concede a los burgaleses una esperanza que sin gol parecía descartada. Quizá viajando con 3-0 te relajas más de la cuenta y el 3-1 mantiene las orejas tiesas en el mallorquinismo. Lo cierto es que el Mallorca fue muy superior al Mirandés y desactivó un exceso de temor confundido con el respeto que se le debe tener al rival y a este tipo de citas que tanto dependen de los ´imponderables´ que decía Luis Aragonés. El Real Mallorca sigue jugando en el campo y como poco, le queda aún un partido más para decidir el objetivo de la temporada. Y qué caprichoso es el fútbol; no solo se podría recuperar la categoría en el mismo campo en el que se perdió, Anduva, sino que además, dos de los proscritos de aquel descenso marcaron gol ayer: Lago Junior y Raíllo; el fútbol siempre concede segundas oportunidades. Por otra parte, el Atlético Baleares donde juega ahora es en los despachos y en una semana ha renovado al entrenador vasco Manix Mandiola y ha despedido a un total de siete jugadores. En el aire queda todavía qué pasará con un jugador diferencial como es Xisco Hernández. Son partidos diferentes pero ambos con destino al futuro, unos, el Real Mallorca, todavía desde el terreno de juego y otros, los blanquiazules ya en los despachos dejando salir antes de que entren. Nuevos objetivos de futuro se van perfilando para ambos.
