Ha llegado la hora de la verdad para el Real Mallorca. El día que hace un año, desde que se consumó el infame descenso a Segunda B precisamente en Anduva, lleva esperando la afición mallorquinista. A las 12 horas, en Son Moix empieza la batalla por el ascenso contra el Mirandésbatalla por el ascensoMirandés en la eliminatoria de campeones. El que supere la ronda asciende; el que pierda, deberá disputar el calvario de dos eliminatorias más para conseguir el objetivo.

Vicente Moreno, entrenador del Mallorca, ha intentado que el trabajo de toda la semana tenga apariencia de normal. Pero él sabe que no es una semana habitual, que no son días corrientes. Y lo ha demostrado con hechos. En primer lugar concentrando al equipo. El objetivo es abstraer a los jugadores de todo lo que se vive en el entorno del club. "Pretendo que descansen, que estén tranquilos, que tengan una buena alimentación", dijo el técnico valenciano en la rueda de prensa del viernes.

El Mallorca llega en un buen momento al duelo decisivo, una cita de 180 minutos, como se han encargado de recordar los entrenadores de ambos equipos, Moreno y Pablo Alfaro. Dada la igualdad que se prevé entre los dos conjuntos, nada se decidirá hasta el partido de vuelta, el próximo domingo en Anduva, en horario todavía por determinar. El Mallorca exige que se cumpla el reglamento y jugar a las 12 del mediodía; el Mirandés quiere hacerlo a las 18 horas. Posiblemente decida la televisión. Pero esta es una historia que puede esperar. Lo que importa ahora es el partido de hoy.

Moreno, que el pasado domingo presenció en directo al Mirandés en su partido contra el Gernika, sabe mejor que nadie lo que le espera a sus jugadores. Enfrente tendrá a un rival rocoso, duro de superar, un equipo efectivo y práctico que ha basado su fortaleza en una buena defensa -33 goles encajados- y un ataque liderado por el veterano Cervero, autor de 24 goles a sus 34 años. Por ahí tendrá que empezar a vigilar el Mallorca. Cervero es más temible en Anduva que fuera, sobre todo en las acciones a pelota parada. Remata todo lo que llega al área, por bajo y por alto, por lo que la defensa rojilla deberá estar muy atenta.

El objetivo es ganar los dos partidos, como dijo Moreno, independientemente del resultado. Pero el técnico de Massanasa es consciente de la importancia de no encajar porque resulta obvio que no es lo mismo ganar 1-0 que 2-1 por el valor doble de los goles en campo contrario. La suerte de la eliminatoria puede estar en lo que pase hoy en Son Moix. Fundamentalmente porque es el escenario donde el Mallorca es más fiable. Si el equipo tiene un buen día, ayudado por una afición entregada -se espera alrededor de quince mil espectadores- es capaz de conseguir una ventaja importante para afrontar con ciertas garantías el partido de vuelta. Un empate, y no digamos ya una derrota puede ser fatal para el Mallorca ya que en los desplazamientos se ha mostrado como un equipo endeble, sin pegada arriba y con errores en defensa que tarde o temprano acaban llegando.

Los once jugadores que afronten el partido desde el inicio, ocho de ellos con experiencia en este tipo de partidos, saben que están ante una oportunidad histórica. La responsabilidad que recae sobre ellos es máxima. No existe otra opción que el ascenso. Todo lo que no sea subir será un fracaso monumental. Ha llegado el día del Mallorca. Hoy se debe poner la primera piedra del ascenso a Segunda A, categoría que nunca debió abandonar el club.