A favor: Todo por un módico precio, por Elena García
El Mallorca no ha inventado nada. Ni será el primer club ni el último que cobre a sus socios en determinados encuentros a lo largo de la temporada. El que avisa no es traidor, y el conjunto bermellón se curó de espantos y ya anunció durante la campaña de abonados la opción de ejercer dicha recaudación por unos posibles play-off. A partir de aquí, me parece que el precio que ha puesto el club por las entradas es meramente simbólico, una manera de obligar al abonado a mostrar su compromiso y evitar de esta forma que su asiento quede libre en un envite tan importante. Recuerdo que hay socios que han presenciado toda la temporada (19 encuentros) por el módico precio de 50 euros, y ahora, tienen que rascarse el bolsillo en búsqueda de 5 más. Quejarse por estos precios es todo un despropósito. El mallorquinista fiel tan siquiera se ha planteado protestar por la medida, porque evidentemente no hay motivo para hacerlo. Por no hablar del precio de las entradas para los no abonados. Otro regalo. Por solo 20 euros cualquier aficionado al fútbol puede celebrar el ascenso de 'su' equipo como uno más. Él le podrá contar a sus nietos que vio regresar al Mallorca al fútbol profesional, todo por un módico precio.
En contra: Falta de tacto incomprensible, por Ricard Cabot
No estamos hablando aquí del precio de la entrada. Ni aunque fuera un euro. De lo que se trata es de que el club, con la medida -es verdad, adoptada a principio de temporada- ha demostrado una incomprensible e imperdonable falta de tacto para con unos aficionados que han mostrado domingo tras domingo una fidelidad sin límites hacia los jugadores y, en definitiva, hacia el club. Lo que debería ser un premio a la constancia de unos socios a los que se debería rendir un homenaje, se ha transformado en un castigo, porque lo es siempre el tener que pasar por caja. Otra cosa muy diferente sería el obligar a pagar, y de forma generosa, si se quiere, a los no socios, a los 'mallorquinistas' que se apuntan al carro solo en los buenos momentos y ante la perspectiva de llevarse una alegría. Y de esos hay muchos. Además de que obligar a pagar a los socios en el play off no supondrá ni siquiera un alivio en las arcas del club, se pierde una oportunidad única para lavar la imagen del despropósito de la temporada pasada, en la que se perdió la categoría de forma vergonzosa. El club juega con ventaja porque sabe que su masa social, pequeña pero fiel, responderá como lo ha hecho toda la temporada.
