Decepción. Esa fue la palabra que más resonó en la sala de prensa de Sabadell durante la comparecencia que brindó el pasado domingo Vicente Moreno. El técnico de Massanassa intentó ocultar su enojo tras el partido mediante un discurso en el que llegó a inculparse por la actitud de sus jugadores: "Durante la semana he intentado trasladarles la importancia de este encuentro, pero está claro que no lo he conseguido". Lo que fue incapaz de disfrazar el preparador rojillo fue el chasco que se llevó tras la imagen mostrada por sus jugadores imagen mostrada por sus jugadoressobre el terreno de juego.
De hecho, confesó a su círculo más cercano su tristeza por haber mostrado un rendimiento tan bajo en un partido de tanta trascendencia, algo que tampoco pudo esconder el consejero delagado del club, Maheta Molango, y el director deportivo, Javier Recio.
Pocas veces se le ha visto tan afectado. No se esperaba la desgana con la que los futbolistas afrontaron el encuentro, sobre todo en una primera parte en la que el equipo cometió errores atrás y fue incapaz de asustar al rival. El preparador valenciano es un hombre meticuloso. A falta de dos jornadas para finalizar la liga regular, Moreno tenía en mente el plan de ruta a seguir por su equipo una vez certificada la primera plaza en tierras catalanas. En su cabeza no cabía la posibilidad de que el Mallorca no cantara el alirón. "Certificar el primer puesto me hará el hombre más feliz del mundo", confesó en la rueda de prensa del viernes. Se quedó con las ganas.
Por decisión técnica se había llevado a toda la plantilla a Sabadell. Quería que todos los jugadores, incluido el lesionado Ferran Giner, celebraran el campeonato en familia. La intención del míster era darles dos días libres, que ni ayer ni hoy entrenaran, y empezar desde el miércoles a preparar la eliminatoria del play-off, a pesar de que todavía quedaban por delante los duelos ligueros ante el Badalona y el Deportivo Aragón.
Gestionar la plantilla, evitar posibles lesiones e incluso limpiar el casillero de tarjetas de sus pupilos. Todo estaba estructurado en la cabeza de Vicente Moreno. Sin embargo, la derrota trastocó los planes. Al entrenador le duele más la forma en la que se cayó que el resultado en sí, tal y como deslizó en la sala de prensa. Quizás por eso decidió que el equipo entrenara ayer sobre el césped de Son Bibiloni. Eso provocó cambios en la agenda, tanto del propio cuerpo técnico como de los jugadores, quienes habían gestionado ya su tiempo libre.
El Mallorca que jugó en La Nova Creu Alta no fue, ni por asomo, el esperado por su técnico. Moreno se desesperaba en la banda, gesticulando como nunca antes, mientras observaba a sus jugadores. Un claro ejemplo de la poca intensidad que mostró el equipo queda reflejada en el acta arbitral. Se trata del primer partido de la temporada en el que el Mallorca no recibió ninguna amonestación por parte del colegiado. No pelearon el balón, no lucharon con la intensidad que precisaba el encuentro. Sin embargo, en el minuto 31, el colegiado amonestó a Vicente Moreno por desplazar el balón donde se iba a efectuar el saque de banda del adversario, una acción fruto de la desesperación que vivió el valenciano desde la zona técnica.
Xisco Campos ejerció ayer de altavoz del resto de sus compañeros, a través de las redes sociales, para calmar los ánimos y alentar a la afición: "Seguimos luchando todos juntos. Os necesitamos a todos en Son Moix. Agradecer de parte de toda la plantilla el apoyo de la gente que viajó a Sabadell".
