A estas alturas de temporada es inevitable mirar el calendario, por muy bien que lo tenga el Mallorca. Lo mejor que le ha podido pasar es que su excelente trayectoria en este curso le ha valido para llegar a las últimas cinco jornadas como líder, con seis y siete puntos de margen, respecto a sus más directos perseguidores, el Villarreal B -más el golaverage- y el Elche. Depender de sí mismo es un gran premio, con la ventaja de que, además, tiene margen de error, aunque mejor no jugar con fuego.

Los de Vicente Moreno precisamente visitan a los ilicitanos este domingo, una jornada que en el caso de triunfo de los bermellones encarrilarían su título de campeón del grupo Segunda B, sobre todo en el caso de que el Villarreal B fuera incapaz de tumbar al Sabadell en la Nova Creu Alta, un adversario engañoso porque, aunque no está en la parte alta, ha empatado la friolera de veinte partidos y solo ha perdido seis. Esto sería lo ideal para los intereses del Mallorca, aunque es cierto que la realidad puede ser bien distinta.

Hay voces que firman el empate de los rojillos en el Martínez Valero, porque eso significaría que los de Pacheta no se acercan, pero si el filial amarillo venciera se acercaría a cuatro más el golaverage, que son cinco. Y en el peor de los escenarios posibles, una derrota de los isleños y un triunfo del Villarreal B apretaría la clasificación a falta de doce puntos en juego. Por eso, dependiendo de lo que suceda este domingo, es mejor tener en cuenta lo que le viene a cada uno de los equipos en este tramo decisivo de la campaña.

El Mallorca recibirá a un Olot que se juega la vida para evitar el descenso y visita al impredecible Sabadell, que puede tener la permanencia atada en ese momento. El Badalona, el mejor equipo de esta segunda vuelta, llegará a Son Moix con el cuchillo entre los dientes para tratar de meterse en la cuarta posición, que ahora ocupa el Cornellà. Si necesitara los tres puntos para ser primero en la última jornada, el Mallorca lo tendría asequible, sobre el papel, porque se mide al ya descendido Deportivo Aragón.

El calendario del Villarreal B no es mucho más complicado, aunque el choque ante el Sabadell y el siguiente ante el peligroso Badalona pueden ser difíciles. En cambio, los tres partidos finales de los de Miguel Álvarez no son de los que asustan, más que nada porque se enfrentará a rivales que quizá ya no se jugarán nada en juego. Es seguro en el duelo ante el filial del Zaragoza, y puede serlo ante el Peralada, con la permanencia conseguida, y ante la Peña Deportiva, que quizá ya estará descendido, aunque eso está por ver.

El Elche es el que tiene el camino con más obstáculos. Después de medirse al Mallorca visitará Paterna para medirse al siempre irregular Valencia Mestalla y después recibe al Lleida, que lucha por ser cuarto, y al Hércules, en un intenso derbi de rivalidad regional de resultado incierto. Y cierra el curso en Olot, que puede necesitar la victoria para evitar el descenso. Toca esperar, pero este final de Liga se pone interesante. O no. Depende del Mallorca, que ya sabe lo que tiene que hacer.