El Mallorca de Vicente Moreno ya no asusta. Sin que el técnico explique realmente los motivos, tal vez porque no los sepa, o para no dar pistas a los rivales, el equipo que lo ganaba prácticamente todo ha dejado de hacerlo. Desde el pasado 19 de noviembre, cuando se impuso en Son Moix al Elche (2-0)se impuso en Son Moix al Elche (2-0), el conjunto rojillo ha sumado cinco empates, el último el pasado domingo en su estadio ante el Peralada, en posiciones de descenso. Lo peor es que el punto se dio por bueno ya que el conjunto catalán remató al larguero a puerta vacía en el tiempo añadido, en lo que fue la última jugada del partido.

El Mallorca acusa una alarmante falta de variantes en su juego. El equipo de Moreno practica un fútbol plano y es absolutamente previsible para los rivales. Domina a arreones, preferentemente en las segundas partes, cuando el tiempo se les echa encima. El Peralada el domingo, como el Deportivo Aragón en la última jornada de 2017, ambos en descenso, jugaron de tú a tú y sin complejos al hasta ahora indiscutible líder de la categoría. Hasta que ha dejado de ganar, al Mallorca le bastaban un par de ocasiones de gol para batir a sus rivales. Ahora necesita unas cuantas más porque los delanteros han perdido puntería.

Álex López y Abdón, los máximos artilleros del equipo, ambos con siete, han perdido el olfato goleador. Tanto, que el de Artà fue relegado al banquillo ante el equipo gironí, siendo suplido por un Cedric que no demostró estar mucho mejor. Cuando lo tenía todo a favor para marcar, incomprensiblemente patinó y desperdició una clara ocasión de poner en ventaja a su equipo. De los últimos partidos, tres han acabado con empate sin goles (Olot, Sabadell y Peralada) y en Badalona tuvo que salvar los muebles un defensa, Sastre, en el último minuto.

Al grupo de Moreno le salva su solvencia defensiva. Con ocho goles es, con diferencia, el equipo menos goleado. Reina, Sastre, Raíllo, Xisco Campos y Bonilla conforman un muro imprenetrable para los rivales. Otro problema añadido es la falta de creatividad en el centro del campo. Pedraza y Salva Sevilla, y antes Damià, no marcan la diferencia en el centro del campo. El almeriense, que ha llegado procedente del Espanyol, ralentiza el juego en exceso, mientras que Pedraza es un jugador con funciones más defensivas.

Refuerzos

Tras la incorporación de Álvaro Bustos, que ante el Peralada protagonizó un debut más que aceptable -una de las bandas debe ser suya ante la nula competencia que hay sin los lesionados Lago y Ferran Giner-, el equipo necesita de forma imperiosa un centrocampista y un delantero goleador para seguir manteniendo la primera plaza, el principal objetivo para intentar el asalto a Segunda en una única eliminatoria.

Empatar, incluso perder, un partido no es motivo de alarma. Sí lo es igualar cinco de forma consecutiva ante rivales que luchan por la permanencia. El club no puede permitirse el lujo de no subir y militar un año más en una categoría maldita como es la Segunda B. El director deportivo Javi Recio y Moreno deben hilar fino para no equivocarse en los refuerzos, que llegarán este mes de enero.

El calendario sigue siendo benévolo, y los dos próximos rivales, la Peña Deportiva el domingo y el Atlético Baleares el día 21, se encuentran en la zona pantanosa de la clasificación.