El Mallorca ha alcanzado una velocidad de crucero que debe conducirle, sin excesivos problemas, a su gran objetivo de principio de temporada: acabar como primero de grupo y optar a disputar una única eliminatoria en la fase de ascenso a Segunda A, categoría perdida el pasado mes de junio.

Hasta hace pocas semanas, el equipo de Vicente Moreno se ha mostrado muy superior a la mayoría de sus rivales, como atestiguan las doce victorias que figuran en su casillero. Solo los cuatro últimos empates, dos de ellos logrados ante equipos metidos en zona de descenso -sin goles ante el Olot y a dos frente al colista Deportivo Aragón, el domingo-emborronan en parte el inmaculado papel de los rojillos.

El Mallorca lidera todas las clasificaciones. Es el equipo con más victorias, doce; el único de los cuatro grupos de Segunda B que no ha encajado una sola derrota; es el segundo máximo goleador, con 29 dianas, solo superado por el Valencia Mestalla con 33; y es el menos goleado con solo ocho tantos encajados, los dos últimos por el colista el pasado domingo.

Pese a este dominio incontestable, la mitad de las doce victorias que suma han sido conseguidas por la mínima, y solo dos de ellas por goleada, el 4-0 a la Llagostera y el 3-0 al Cornellà.

Moreno ha confeccionado un equipo basado en el equilibrio en todas las líneas. Cuenta con una columna vertebral que es la que está marcando la diferencia en el grupo. Empezando por un guardameta que proporciona seguridad a todos sus compañeros. Reina tiene mucha culpa del sólido liderato del equipo. En defensa, Raíllo y el veterano Xisco Campos forman una infranqueable pareja de centrales, secundados por los laterales Sastre y Bonilla. El primero, un puñal por su banda derecha, y el segundo convertido en el rey de las asistencias, la última el domingo al colocar el balón en la cabeza de Álex López para firmar una remontada que finalmente no se consumaría.

En el centro del campo, durante un buen tramo de esta primera vuelta, Moreno ha dado la responsabilidad a Damià y Pedraza, pero con el paso de las jornadas la veteranía y calidad de Salva Sevilla se ha impuesto, relegando al mallorquín al banquillo.

En los extremos, Ferran Giner y Lago Junior, dos jugadores que ya trabajaron con Moreno en su etapa en el Nàstic, han sido indiscutibles y claves en la buena marcha del equipo. Sus ausencias por lesión, hasta la próxima temporada el valenciano y los próximos tres meses el costamarfileño, suponen un duro contratiempo para el técnico, que junto al director deportivo Javi Recio ya les busca sustitutos. Y, en la delantera, Abdón y Álex López son indiscutibles. Con siete goles cada uno, han marcado la diferencia en muchos partidos.

Los cuatro últimos empates de forma consecutiva se toman como una voz de alarma. Moreno no se cansa de repetir que nada se ha conseguido, que queda por delante una dura segunda vuelta para consolidar el liderato y afrontar con las máximas garantías la fase de ascenso. Pero está claro que el equipo ha perdido frescura y calidad con las bajas de Ferran y Lago. No se muestra tan superior a sus rivales como ha ocurrido durante un buen tramo de la temporada, un factor a corregir. En cualquier caso, no hay discusión de que la temporada es de sobresaliente y a la que todavía le falta la rúbrica del ascenso.