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El otro once del Mallorca

El entrenador Vicente Moreno lidera un cuerpo técnico que se ha adaptado a su "metódico y ordenado" estilo de trabajo - "Es el que más horas echa, quiere tenerlo todo controlado y al final esto obliga a los que estamos a su alrededor a esforzarnos mucho", destacan sus compañeros

Vicente Moreno y su equipo de trabajo en Son Bibiloni. TOORU SHIMADA

“¡Qué no falte nadie en la foto, por favor!”, reclama entre voces Vicente Moreno. “¡Tú no José, tú fuera!”, bromea Fernando Maestro apoyado por las risas del cuerpo técnico. “¿Todos uniformados y yo con estas pintas?”, pregunta Biel Gelabert al pisar el césped, al mismo tiempo que le ofrecen una sudadera para no desentonar. “¿Eso dónde me lo meto yo?”, y vuelven nuevamente las carcajadas.

El grupo profesional y humano que rodea a Moreno es parte de su éxito. Él lo sabe, de ahí su insistencia para que no falte nadie. Pese a costarles algo más de lo esperado formar sobre el césped de Son Bibiloni, finalmente el equipo de trabajo del técnico bermellón sonríe para la instantánea. Rápidamente abandonan el campo de entrenamiento. La jornada, para muchos de ellos, no ha hecho más que empezar.

Sesión de fisioterapia, volcado de vídeos, charla con los jugadores, preparación de material… Los hombres de Moreno se han hecho en poco tiempo a su ritmo de trabajo, “muy metódico y ordenado”. Todos ellos conforman el otro ‘once’ del Real Mallorca, el que nadie ve, el que todos disfrutan.

Una de las condiciones con las que aterrizó el valenciano en la isla fue la de traer consigo a su propio equipo de trabajo. Dani Pendín fue el primer nombre que puso sobre la mesa, su mano derecha, el segundo entrenador. El exfutbolista argentino compartió vestuario con Moreno durante cuatro temporadas en el Xerez, de las 2002 a la 2006, y aunque sus trayectorias tomaron cauces distintos, Mallorca les volvió a unir.

“Cuando llegué a la isla estaba tranquilo porque ya conocía a Vicente y sabía que su trabajo y su manera de llevar el grupo iba a ser la mejor. La gente me preguntaba por él y yo les decía que cuando una persona es seria, trabajadora y mide las cosas tan al milímetro, rara vez no caen de su lado”, explica un Pendín que reconoce estar “encantado y agradecido” con el trato recibido en la isla desde su llegada. “Estoy solo en Mallorca y aunque hay momentos en los que se me puede hacer duro, el ambiente familiar que se vive en este club ayuda a no pasarlo tan mal. Todos siempre tratan de echarte una mano y eso es de agradecer”, sentencia.

Pendín, además de mano derecha del míster, es el responsable de todas las jugadas a balón parado del equipo. La rutina durante los partidos siempre es la misma: Falta a favor del Mallorca, Moreno toma asiento e ‘ipso facto’ el argentino toma el mando para dar las correspondientes órdenes a los jugadores. Unos futbolistas con los que reconoce haber creado un gran vínculo, en parte gracias a sus parrilladas: “No hay nada mejor para crear grupo que compartir una buena comida alrededor de una barbacoa”. “Todo surgió como una apuesta con el míster: si ganábamos dos o tres partidos nos pagábamos una parrillada y fíjate las que llevamos, creo que son ya tres y las que tenemos pendientes. Al final las hacemos cuando nos dan permiso, porque siempre está ahí el nutricionista que nos ata cortito, pero ojalá tengamos que invitarles a muchas más, ya te digo que las pago encantado”, relata.

Fernando Maestro, entrenador de porteros, y Dani Pastor, preparador físico, fueron las otras dos piezas que encajó Moreno en su puzzle. El primero, exguardameta catalán con una amplía experiencia en Segunda B, se encontraba en Fuerteventura trabajando en la hostelería cuando recibió la llamada del valenciano. En poco tiempo Maestro se ha convertido en el motor anímico de este equipo. “Todo lo que sabe Bonilla de música lo aprendió de él”, reconocen algunas voces desde el club. Optimista, entusiasta, alegre... Parte de su trabajo consiste en motivar a los futbolistas.

La última pieza que solicitó Moreno fue la de Dani Pastor, con el que coincidió también durante su etapa en Jerez. Pastor era el preparador físico del conjunto gaditano, un equipo que abandonó para probar suerte en Zaragoza, Atenas y San Petesburgo. “Después de 150 sesiones que cumplimos esta semana, creo que el trabajo está siendo bueno y el equipo está respondiendo. Somos una familia, un grupo muy unido y todo eso suma”, relata.

Pastor no se moja a la hora de dar nombres sobre qué jugadores son más reticentes en los aspectos físicos, aunque reconoce “hay cosas que saltan a la vista”. “Hay jugadores que destacan por su velocidad, como es el caso de Ferran, Lago o Bryan; jugadores que son más fuertes, como los centrales y luego, si tiramos de los metros que recorren en los entrenamientos y partidos, aparecen Salva Sevilla o Damià. Creo que cada jugador en su rol y su demarcación está a un nivel muy bueno”, sentencia.

Si de algo pueden presumir esta temporada los preparadores físicos del Mallorca, Dani Pastor comparte sus quehaceres con Jaume Moll, es de llegar a la décimo sexta jornada de Liga con ningún lesionado en su haber: “Prefiero no hablar del tema, porque podemos llamar a la mala suerte. Es verdad que si se hace una buena preparación, hay más posibilidades de obtener buenos resultados, pero muchas veces las lesiones están expuestas a variables que no podemos controlar”.

Parte de la culpa de que las lesiones estén respetando al equipo también la tiene el cuerpo médico del equipo, capitaneado por el doctor Tomeu Munar y los fisioterapeutas, Verónica Sebastianes y Magí Vicenç, una dupla que, como este último reconoce “se llevan a la perfección”. “Trabajar con Vero es una pasada. Creo que hemos encajado perfectamente”, explica. Magí reconoce que tras haber coincidido con diez entrenadores en lo que lleva como empleado del Real Mallorca “ninguno era tan exigente y trabajador como Moreno”, y no tiene problemas para hablar abiertamente sobre los jugadores a los que tratan a diario: “¿Los más lloricas? Lo tengo bastante claro, Sastre y Álex López”.

José Martín es el encargado de material, Biel Gelabert, el delegado del equipo, y otras dos de las piezas claves son la pareja que forman Xim López, analista, y Sebas Socias, cámara. “Mi novia es la que realmente sufre a Moreno, no me ve el pelo”, relata entre risas Xim. El analista del equipo es el encargado de proporcionar al cuerpo técnico todo el material visual que le solicitan, que no es poco. “Es imposible calcular las horas que le puedo dedicar al Mallorca en una semana. Tengo el despacho pegado al del técnico, así que nos tiramos horas y horas analizando los entrenamientos y los partidos. Creo que lo que más me ha llamado la atención de él es la capacidad que tiene de trabajo. Es el que más trabaja de todo el cuerpo, el que más horas echa, quiere tenerlo todo controlado y al final esto obliga a todos los que estamos a su alrededor a esforzarnos mucho”, relata Xim para sentenciar sonriente: “Estoy seguro de que Moreno pasa más horas conmigo que con su mujer”.

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