El Mallorca ha mostrado dos caras en este buen inicio de temporada. Los resultados le acompañan, porque ha conseguido dos victorias y un empate, incluso hay detalles para la esperanza, como la enorme solvencia defensiva que está demostrando, pero tampoco se puede mirar hacia el otro lado cuando hay que analizar los problemas que tiene para crear ocasiones de gol y, por supuesto, materializarlas.

Cualquier mallorquinista hubiera firmado sumar siete puntos de nueve posibles en las tres primeras jornadas en Segunda B, sobre todo teniendo en cuenta que en las tortuosas campañas anteriores en la división de plata los inicios fueron terribles. Durante la pretemporada, que ya invitaba al optimismo, los protagonistas incidían en que era vital empezar bien para que la dinámica fuera positiva. Y se están cumpliendo sus deseos, por mucho que el juego no seduzca. Ni mucho menos. Venció en Peralada (0-1), superó a la Peña Deportiva (1-0) y arrancó un punto en el polémico derbi ante el Atlético Baleares del sábado (0-0) en Son Malferit, un buen balance que le permite ocupar la tercera posición, en zona de play-off de ascenso, solo por detrás del líder Villarreal B y empatado con el Elche. Y un dato de los que inyecta confianza. Los de Vicente Moreno son el único equipo del grupo tercero que todavía no ha encajado ningún gol, una circunstancia que explica lo poco que han concedido al adversario en estas primeras jornadas. De hecho, solo el Mallorca, San Sebastián de los Reyes, del grupo primero, y el Burgos y Barakaldo, del segundo, son los únicos de los ochenta equipos que conforman la Segunda B que no han recogido ningún balón desde el fondo de la portería.

Es cierto que los isleños se han medido a dos recién ascendidos que están llamados a luchar por la salvación, y al propio Atlético Baleares, con todo lo que conlleva un duelo de máxima rivalidad, pero el equipo se está mostrando seguro atrás. El meta Manolo Reina aporta seguridad y la zaga, liderada por Raíllo, se está formando solvente, ya sea con Xisco Campos o José Ángel en el centro, Bonilla en el lateral izquierdo y Joan Sastre o Grima, debutante el sábado, en el lateral derecho. Incluso el doble pivote Damià-Pedraza ayuda a dar consistencia atrás.

Sin embargo, los problemas llegan cuando toca atacar. Solo ha marcado dos goles, pero detrás de ellos hay mucho sufrimiento. Este Mallorca se está mostrando plano en el aspecto ofensivo, tal y como demostró ante el Atlético Baleares. Fue incapaz de hacerle daño a pesar de jugar con uno más desde el minuto cincuenta y dos. Necesita elevar su nivel, tanto en su ataque por las bandas como por dentro. Abdón, Álex López, Cedric y Pol deben marcar diferencias arriba, pero da la impresión de que se necesitará paciencia. La llegada de Salva Sevilla y Giner puede ayudar, pero lo que es seguro es que queda por mejorar para cumplir ante el Elche, Hércules y compañía.