"No recuerdo lo que hice ayer, imagínate lo que hice hace 37 años", alude entre risas Llorenç Capellà. "Ha pasado mucho tiempo. Imposible pensar, por aquel entonces, que ambos equipos tardarían tantos años en volver a reencontrarse", revela un nostálgico Jaume Bauçà.
El 12 de enero de 1980 fue la última vez que Atlético Baleares y Real Mallorca se vieron las caras en competición liguera dentro del feudo balear. Hoy, casi cuatro décadas después, Capellà y Bauçà se sorprenden a sí mismos recordando, con pelos y señales, aquela histórica jornada para DIARIO de MALLORCA. El primero defendía por aquel entonces la portería del Baleares, tenía 26 años. El segundo vestía la elástica bermellona con solo 21.
Corría la jornada décimo octava del grupo octavo de la Tercera División. "La rivalidad entre ambos equipos siempre se ha vivido de una forma especial. Durante esa temporada el Baleares no tenía ritmo para estar arriba, pero eso, cuando se juega un derbi, es totalmente secundario. El Mallorca enfocó su objetivo en el ascenso, así que estaba necesitado de éxitos, solo había un camino y era la victoria", recuerda Bauçà sobre cómo se presentó ese primer derbi de la temporada. "En aquella época el objetivo del Baleares era disputar los partidos y poco más. Las aspiraciones residían en mantener la categoría. En nuestro vestuario no se hablaba del ascenso", recapitula Capellà.
"El cómo se vive un derbi la semana de antes no ha cambiado mucho. Por aquellos días salían balearicos y mallorquinistas hasta de debajo de las piedras. El hecho de que ambos equipos jueguen en la misma categoría ha hecho revivir unas rencillas que se habían perdido", resuelve el exmallorquinista. "Recuerdo partidos con muy poca gente en las gradas del Estadi, pero en ese enfrentamiento ante el Mallorca hubo muchísima afición y demasiados bermellones (ríe). Siempre recordaré que detrás de mi portería había una gran cantidad de hinchas del Mallorca y que tuve que escuchar de todo durante el partido", narra el exbalearico.
El que por aquel entonces parecía un partido de Liga más, finalizó con 0 a 2 a favor del conjunto bermellón. El segundo gol del encuentro lo anotó Bauçà desde el punto de penalti. Capellà no pudo hacer nada para evitar el tanto visitante. "¿El segundo gol? Pues de eso no recuerdo absolutamente nada. Él quizás recuerde algo, ¿pero yo? Nada de nada", bromea el exguardameta. "Pues no me creerás pero lo cierto es que no me visualizo en el Estadi Balear lanzando esa pelota. Es curioso porque de esa época sí tengo grabado en la memoria otros penaltis que lancé, pero de este no hay manera", reconoce entre risas el exjugador y extécnico bermellón.
El próximo sábado, a las 19 horas, Son Malferit acogerá el reencuentro. Dos de los protagonistas de aquel histórico partido reconocen, algo apenados, que no asistirán. "A mí me encantaría revivir ese ambiente, pero no podré ir", reconoce Capellà. "Yo lo veré por televisión, siempre y cuando nos dejen, pero la vuelta... Seré el primero que estaré en Son Moix", confiesa Bauçà. Pese a los años transcurridos, las rencillas siguen presentes. Las indirectas sobrevuelan el ambiente, pero si algo sorprende por encima de todo, es el respeto que se profesan: "Creo que a cualquier mallorquinista que se le pregunte si cedería algún punto al Baleares, si al Mallorca le sobrasen, aceptaría". "No todos harían lo mismo, pero yo soy igual que Jaume. Todos los equipos de la isla, mientras más arriba, mejor. Los colores son lo de menos".
