El Mallorca ha vuelto a indignar al aficionado bermellón. Tras impedir el acceso a sus seguidores para presenciar los entrenamientos del primer plantel en Son Bibiloni -el lunes ya se podrá hacer- y planificar una nefasta gestión, con colas interminables, para la renovación del abono, ahora el club ha vuelto a enojar a un sector de su afición con la decisión de no abrir Tribuna Sol hasta que las localidades de la Grada Lluís Sitjar estén agotadas.

La entidad bermellona lo tiene claro. Hasta que los casi 900 asientos que quedan libres en la grada supletoria no sean ocupados, el estadio no se redimensionará. Esta decisión ha provocado que decenas de socios provenientes de Tribuna Sol no hayan querido renovar su abono.

"El año pasado me encontraba en Sol y cuando he ido a las oficinas del club a hacerme socio me dicen que ya no queda ni un solo asiento en Tribuna. Para ver el encuentro desde detrás de la portería prefiero quedarme en casa", relataba ayer Xavi Fornés a este diario ante la imposibilidad de retornar a su asiento de toda la vida o, al menos, ubicarse en Cubierta.

El 3 de julio, el Mallorca anunció a través de un comunicado su determinación de cerrar la Tribuna Sol y el Fondo Sur como medida de adaptación a Segunda B. De esta forma, el estadio del conjunto rojillo reducía su aforo notablemente pasando de 23.400 asientos a 9.164 (7.624 corresponden a la zona de Tribuna Cubierta y Descubierta y 1.540 a la Grada Lluís Sitjar).

Seguramente el club no esperaba una respuesta tan positiva por parte del aficionado que, pese al descenso de categoría, se ha vuelto a volcar con el equipo. "Lamentamos profundamente las molestias que esta medida pueda ocasionar. En caso de que en algún momento de la temporada sea necesario abrir de nuevo la Tribuna de Sol, los socios que hasta ahora estaban allí, tendrán la posibilidad preferente de recuperar su sitio", rezaba en su día el comunicado que el club emitió.

Una medida llevada al extremo

El problema reside en que la medida que en su día anunciaron se está llevando al extremo. El club prefiere no disponer en el estadio de ningún asiento libre en Tribuna y Fondo Norte, pese a que la visibilidad en alguna de estas franjas es limitada, a acceder a abrir parte de la Tribuna Sol para que el aficionado pueda presenciar el encuentro en mejores condiciones. "Desde que tengo uso de conciencia mis padres son socios del Mallorca. Cada temporada abren una hucha que van llenando con ilusión a lo largo del año para poder sacarse su abono. El pasado lunes fueron a renovar su carnet y les informaron de que no quedaba ni un solo asiento en Tribuna, que volvieran más pronto la temporada que viene. Al día siguiente regresé con ellos a las oficinas y entonces nos aclararon que la única posibilidad que teníamos era la de renovar el abono en la Grada Lluís Sitjar", explicaba a este diario Pere Josep Seguí, socio del conjunto bermellón.

"Tienen más de 70 años y al ser jubilados pagan 50 euros por la renovación. Este año se han visto obligados a pagar 55 por estar en una categoría inferior y en una ubicación mucho peor del estadio, en gradas supletorias, al lado de los Supporters y con mucha peor visibilidad, están muy tristes por el trato que han recibido", sentenciaba Seguí. A día de hoy el Mallorca suma 6.801 socios. Teniendo en cuenta que actualmente Son Moix tiene 9.164 asientos y que la entidad bermellona asegura que faltan algo menos de 900 abonados más para poder abrir Tribuna Sol, las cuentas no salen.

Al parecer, la entidad bermellona cuenta con algo más de 1.500 asientos reservados para copropietarios, abonados de honor y otros compromisos, unos deberes que impiden al socio de toda la vida ver a su Real Mallorca en las mejores condiciones posibles. Hoy se pone en marcha el periodo de altas nuevas en el club. Si finalmente se llena el cupo del estadio, la entidad deberá reubicar a los socios en sus antiguos asientos, una gestión que, seguramente, generará nuevos problemas.