La próxima semana va a subir la temperatura tanto en las oficinas del Mallorca como del Atlético Baleares. Y el centrocampista blanquiazul Francesc Fullana será el protagonista de una situación que puede provocar el primer tira y afloja de la temporada entre los dos históricos rivales del fútbol mallorquín. Los rojillos le quieren para su aventura en Segunda B y ya han iniciado los sondeos para su contratación. El obstáculo a superar es que le queda un año de contrato con la entidad balearica.

El Mallorca, que ha decidido realizar una purga en su plantilla tras el descenso, ya está en manos del entrenador Vicente Moreno, conocedor de la Segunda B y que está trabajando con los componentes de la secretaría técnica del club para configurar una plantilla competitiva que pueda luchar por el ascenso, por el retorno a Segunda A. En el abanico de refuerzos se encuentran jugadores con experiencia en la categoría de bronce, que hayan ofrecido unbuen nivel en las últimas dos o tres campañas y con ganas de demostrar cosas.

Y en ese perfil encaja como anillo al dedo Francesc Fullana. A sus 27 años -cumplirá 28 en octubre- se ha instalado entre los futbolistas destacados de Segunda B tras hacerse imprescindible en el Atlético Baleares las últimas tres temporadas. Llegó procedente del Llagostera, que curiosamente prescindió de sus servicios tras ascender a Segunda. Antes había pasado por el Constancia, Baleares y dos temporadas en el ya desaparecido Sporting Mahonés, al que llegó tras ser baja con 20 años en el Mallorca B al acabar su etapa juvenil. Siempre en Segunda B.

En total, Fullana acumula siete temporadas consecutivas en la categoría de bronce del fútbol nacional. Acumula 229 partidos de Liga (177 como titular) y 27 goles. Ha jugado tres promociones de ascenso, dos con el Baleares y la que subió con el Llagostera (temporada 2013-14).

El Mallorca ya se ha interesado por Fullana y desde su entorno aseguraran que tiene opciones de volver a vestirse de rojillo, aunque para ello deberán negociar con el Atlético Baleares. El centrocampista, que ahora está de vacaciones y desconectado del fútbol, no ha acabado muy feliz la temporada tras perder el tren del ascenso con el Albacete y su relación con la dirección deportiva, al igual que ocurre con varios compañeros más, no ha mejorado con los movimientos que se han producido, especialmente en cuanto a salidas, en la plantilla. Y por ahí, por las aspiraciones de formar un equipo muy competitivo, quiere convecerle el Mallorca.