Monti Galmés anunció a última hora de la tarde de ayer que abandona la presidencia del Real Mallorca. El ya ex presidente, de 70 años, ha decidido dejarlo al sentirse partícipe del descenso del equipo a Segunda B, por la presión de la familia para que diera un paso atrás y por su falta de sintonía con el actual consejero delegado Maheta Molango.

Galmés presentó la dimisión por escrito a la propiedad el pasado día 12 después de una profunda reflexión con su familia, sobre todo con su mujer, la persona que más ha presionado para que dejara la presidencia de la entidad mallorquinista. La propiedad intentó por todos los medios que se quedara y reconsiderara su postura, pero fue en vano porque la decisión adoptada no tenía vuelta atrás.

Galmés, que asumió la presidencia por petición expresa de Utz Claassen cuando el alemán se hizo con la mayoría accionarial, ha ejercido en los dos últimos años y medio funciones de presidente institucional, como en su día Guillem Reynés, sin ninguna función ejecutiva. El empresario, que ha rechazado la oferta de continuar que le ha hecho el accionista norteamericano Andy Kohlberg -"solo faltaría que te fueras tú", le dijo por watshapp-, con quien mantiene una muy buena relación, ha sido un asiduo del palco de Son Moix, en donde más de una ocasión se ha sentido muy solo ante las protestas de los aficionados al seguir Molango los partidos como un aficionado más, fuera del palco.

"Me voy por motivos personales y triste porque dejo al Mallorca en Segunda B", fueron sus primeras palabras nada más hacerse oficial su salida de la entidad. He trabajado dos años y medio de manera altruista y dejo paso a otras personas", comentó. Posteriormente incidió en estos motivos personales: "A mi familia no le ha hecho mucha gracia las críticas y presiones que he recibido. Yo las he asumido y tenía claro que con el descenso no podía esperar aplausos", añadió.

El descenso también ha influido de manera decisiva a la hora de dar un paso atrás y dejar paso a otras personas: "Un descenso tiene su efecto, está claro". Más esquivo se mostró cuando se le preguntó por la continuidad de Maheta Molango, con quien ha mantenido una relación distante. "No tengo nada que decir, que tenga suerte y que consiga todos los éxitos para el Mallorca", fueron sus lacónicas palabras sobre el consejero delegado. "Está claro que tiene la confianza de la propiedad", añadió, sin entrar a valorar si la decisión de seguir apoyándole es acertada o no. Respecto a cómo ha encajado la propiedad su decisión, dijo: "Les supo mal que me fuera, pero es una decisión que tenía tomada. Nosotros estamos aquí de paso", concluyó su comparecencia ante los medios en el Iberostar Estadio.

El Mallorca buscará en los próximos días una persona que cumpla con el perfil que la propiedad requiere para asumir el cargo de presidente, que seguirá siendo institucional y meramente representantivo.