El Mallorca se despide del fútbol profesional con una monumental bronca hacia el palco, encabezado por el consejero delegado Maheta Molango y el presidente Monti Galmés, y hacia los jugadores.

El partido, instrascendente a todas luces para los bermellones, ha finalizado con empate a tres, con dos goles de Brandon y uno de Gorosito en propia puerta por parte de los de Sergi Barjuan. Los 3.635 que han acudido a Son Moix con más intención de mostrar su indignación que con presenciar el encuentro.

Numerosas pancartas en contra de la gestión de Molango, muchas de ellas retiradas por la seguridad privada del club, han elevado la tensión en un ambiente hostil. "Maheta dimisión" o "jugadores mercenarios", han sido algunos de los cánticos más repetidos a lo largo de la noche.