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Análisis

El peor escenario posible para el Mallorca

Tener que jugar estando muy pendiente de lo que ocurra en otros campos es la peor señal. Y esto es lo que le espera al Mallorca, por no haber hecho los deberes cuando tocaba. Está claro que el Mallorca debe ganar en Anduva ante un equipo descendido -cualquier otro resultado sería inadmisible-, pero una victoria unida a un empate o triunfo de cualquiera de los dos rivales en la lucha por la permanencia, Alcorcón y Nàstic, sería prácticamente recoger el acta de defunción. Tras estar prácticamente desahuciado hace un mes, el equipo ha tenido en sus manos la salvación sin la necesidad de estar pendiente de lo que hagan sus rivales. Ha perdido una ocasión única.

La falta de gol ha sido clave en la pésima temporada, pase lo que pase, porque en defensa más o menos se ha mantenido el tipo. A la evidente falta de calidad de los delanteros solo le faltaba que el entrenador echara más leña al fuego al reconocer en voz alta que Lekic solo está para jugar veinte minutos, algo inadmisible en un profesional cuya única preocupación ha de ser la de mantenerse en forma. Por no hablar de los preparadores físicos, que algo tendrán que decir por sentirse directamente acusados. Todo un despropósito, como ha sido una temporada para olvidar y que todos desean que acabe ya. A poder ser salvados.

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