Se desconoce cuántos seguidores ganó el Real Mallorca en Twitter y en Facebook después de su fallido paso por El Alcoraz. Es una buena pregunta para Maheta Molango, encantado de hablar de los buenos datos del club en las redes sociales porque así no tiene que explicar las razones que han llevado a su proyecto deportivo al colapso. El consejero delegado empezó a recorrer el camino de la perdición cuando cambió el látigo por el guante de seda. No es tan fácil exigir en un Mallorca en el que hay codazos por mimar a los futbolistas mientras se culpa de todo al entorno. La sobreprotección a estos jugadores indolentes ha sido marca de la casa desde el pasado verano, con el beneplácito del propio Molango. Tontería, mucha; exigencia, cero.
Protocolo
¿Es tanto pedir que alguien en el Mallorca articule un análisis honesto sobre lo que está sucediendo? Es muy difícil que salga de estos futbolistas consentidos porque les han convencido de que están rodeados de enemigos. También Molango renunció hace mucho tiempo a mostrarse franco, pese a que logró enganchar a tantos mallorquinistas precisamente gracias a un discurso crudo y sin adornos. Solo Olaizola tiene de vez en cuando algún momento de lucidez en el que da en el clavo. Por cierto. Irse cuesta abajo y sin frenos al descenso no implica descuidar el protocolo. No hay nada que objetar a que el técnico se lleve a su mujer a algunos desplazamientos del equipo, pero estuvo fuera de lugar que se sentara en la primera fila del palco el sábado en El Alcoraz.
Una encrucijada
La derrota del Mallorca en Huesca ha quebrado la fe que algunas personas de cierto peso en el club tenían en Olaizola. Pero a la hora de reflexionar sobre la posible destitución del técnico hay que tener en cuenta dos consideraciones. Primera, es el menor de los culpables de este anunciado drama. Segunda, la situación le supera por completo. Molango está ante una encrucijada, y no anima que el consejero delegado no haya acertado ni una en lo que a entrenadores se refiere. Erró destituyendo a Gálvez, fichando a Vázquez, renovando al gallego y relevándole por Olaizola. A ver si, aunque sea por una cuestión de estadística, esta vez acierta.
Pobre consuelo
En el Atlético Baleares ya se frotan las manos esperando al Mallorca en la categoría de Bronce. Pobre consuelo para un club que esta semana enterró proyecto deportivo echando a Ziege. Es el enésimo fiasco de un club que lleva años dilapidando millones e ilusiones, las pocas que se concede la indulgente parroquia blanquiazul.
Otro gran éxito de seguí
Damià Seguí prometió que devolvería la afición por el voleibol en Mallorca y lo ha conseguido. El Germans Escales -primero un recinto denostado y ahora casi un santuario- se llenó para ver el derbi balear entre el Can Ventura y el Ushuaïa Ibiza. La remontada de los mallorquines es de las que se recuerdan y crean afición, más todavía. Seguí lo ha vuelto a hacer, tanto si acaba levantando el título como si no.
Atletismo para todos
Más de siete mil personas se citaron en el Passeig Marítim para competir en alguna de las tres carreras populares que se celebraron bajo un sol espléndido. Ojo con la cifra, una barbaridad para una ciudad mediana como Palma. El calendario de pruebas populares sigue llenándose con multitud de propuestas y aunque ya hay algunos indicios claros que apuntan a un descenso de inscritos con respecto a años anteriores, el público sigue premiando propuestas atractivas y bien organizadas. Eso sí, demasiado caras.
