Javier Olaizola evidenció su frustración ayer en la sala de prensa de El Alcoraz y confesó que está dispuesto a aceptar que le despidan para revertir la situación. "Si el club entiende que debo dar un paso al lado no habrá ningún problema. Mi pasión por este club está por encima de mis intereses personales, que tampoco los tengo. Entendería que me quitaran de en medio. Hablaré con Maheta, aunque las fuerzas las tengo intactas", dijo en el tramo final de una tensa comparecencia.

El entrenador del Mallorca se mostró frustrado ante la falta de buenos resultados. "No sé qué me queda por probar. Estoy muy triste, creo en mis posibilidades, pero cuando te dejas la vida y los resultados no llegan es muy duro", subrayó. El donostiarra no encuentra explicación a los malos resultados. "Estoy jodidísimo, la dedicación es de tres mil por cien, ningún equipo nos ha sorprendido de lo que hemos trabajado durante la semana, pero después siempre nos pasa algo, la impotencia es terrible", comentó muy afectado.

El preparador lamentó cómo se le fue el partido a los bermellones. "Es que con media ocasión nos hacen un gol, y a nosotros nos cuesta muchísimo. Hemos tenido algunas y, al final, lo más normal es que hubiera sido un empate, pero en otra jugada por no saber leer bien el partido, nos han ganado en el último minuto", dijo. "Son tomas de decisiones técnicas y tácticas", subrayó.

Olaizola reiteró que la plantilla está concienciada de lo que puede suponer un descenso. "Hay situaciones en el campo que son de futbolista, de saber manejar los tiempos del partido. Siempre he hablado claro y me estoy dejando el alma en esto. Los jugadores son responsables, saben la situación que estamos atravesando, pero es un tema de errores puntuales individuales", dijo. "No queda otra que seguir trabajando y saber que se nos están agotando las semanas. Tenemos que hacer una autocrítica importante y corregir este tipo de situaciones", reflexionó ante los periodistas.