Diario de Mallorca

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Puntos de vista

Declarado el estado de pesimismo

Al mallorquinista no le queda otro remedio que aguantar, sufrir y llevar la situación como buenamente pueda. Este equipo, juegue mejor o peor, que de todo hay, no gana de ninguna de las maneras y mientras no sea así no saldrá del pozo. Ayer pudo ser, porque casi siempre puede ser, pero por errores una veces, o incapacidad otras, no hay más cera que la que arde y la confianza desde dentro y desde fuera va a menos.

Entiendo a Olaizola

El entrenador se encuentra en una encrucijada. Él sabe que los números no le respaldan y también sabe que el equipo no da para mucho más porque eso se demuestra semana tras semana. No es algo circunstancial y él se encuentra en la obligación de hacerles creer a los jugadores que se puede, a los aficionados de que no se rindan y a los medios que él también se lo cree. Con razón o sin ella, casi nadie le cree a él.

Doce empates

El Mallorca se ha convertido en uno de los grandes especialistas del empate esta temporada, el resultado que engaña a todo el mundo. Al que tiene que ganar porque dice que, por lo menos, ha sumado. Y al que teme perder, porque así cree que ha salvado el partido. Y el empate no es más que engañarse a sí mismo, lo único que hace es penalizar y en el caso del Mallorca, un partido tras otro.

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