Biel Company no se lo podía creer cuando el colegiado Prieto Iglesias señaló penalti, transformado por Jona, por un supuesto agarrón sobre Natalio que no existió a solo diez minutos del final. Ese error, grave a todas luces, impidió el triunfo del Mallorca en La Condomina ante un rival directo por la salvación y que podría tener consecuencias importantes en el desenlace del campeonato. El UCAM Murcia es el equipo con más penas máximas señaladas a su favor de toda la Segunda División, con siete, mientras que los bermellones, para desquicio del mallorquinismo, es el que más penaltis ha tenido que soportar en contra, con ocho. A favor solo le han señalado tres, una diferencia abismal y que indigna en el vestuario de Son Bibiloni. La situación vivida ayer recordó mucho a la del Coliseum Alfonso Pérez, cuando Ais Reig se inventó un penalti de Raíllo. Jorge Molina, también en el minuto ochenta, privaba con su tanto el triunfo de los de Olaizola.

Seis de los ocho penaltis pitados en contra han sido lejos del Iberostar Estadio y tres no han acabado en gol, pero mejor ir por partes. El primero fue en la segunda jornada ante el Cádiz. Ortuño adelantó a los suyos en un partido que los de Vázquez empataron tras la igualada de Óscar Díaz. Ante el Alcorcón, ya en la undécima jornada, Cabreró despejó el tiro desde los once metros de David Rodríguez. El Mallorca venció con gol, también de penalti, de Lago y salvó la cabeza de Vázquez. Un mes después en Elche los isleños perdieron por 1-0, aunque la desventajaba podría haber sido mayor si Edu Albacar no hubiera estrellado el balón en el larguero. En Almería, ya con Olaizola en el banquillo, Fidel sentenció al Mallorca al marcar el 2-0. Después del golpe en Getafe, Cabrero repelió en Reus el tiro de Miramón en un duelo que acabó en empate. Y ante el Tenerife, ya con los baleares derrotados, Aarón elevó el doloroso 1-4 en el marcador en la anterior jornada. Ayer, otra vez, los colegiados pitaron un penalti en contra, pero, visto lo visto, no será el último.