"El jugador que no sude sangre y se deje la vida en los entrenamientos y en los partidos, no estará en el vestuario", decía Javier Olaizola durante su presentación como entrenador del Mallorca el 6 de diciembre. Con un estilo muy diferente al que ofrecía su antecesor en el cargo, Fernando Vázquez, mucho más comedido, el vasco recurre constantemente al lenguaje bélico, en muchos casos, para exigir a los jugadores que eleven el rendimiento.

Casi tres meses después, los resultados demuestran que ha servido para poco porque no les ha motivado lo suficiente. Porque por mucho que los bermellones se muestren más competitivos con él respecto a la etapa con el gallego, los resultados son malos: dos victorias, tres empates y cinco derrotas. O lo que es lo mismo, solo ha sumado nueve puntos de treinta posibles, lo que ha provocado que el equipo ocupe puestos de descenso a Segunda B a falta de quince jornadas para el final.

Olaizola trató de subir la autoestima del grupo desde el principio. "Hay que salir como un cohete. Sois la mejor plantilla de Segunda, nadie es mejor que vosotros, solo hay que demostrarlo en el campo", les gritaba a sus jugadores durante su primer entrenamiento en Son Bibiloni en un audio captado por IB3.

El preparador también ha utilizado los micrófonos para enviar mensajes que motivaran a sus pupilos y alimentaran las esperanzas de los aficionados, que aplaudieron en una gran mayoría su desembarco al banquillo de Son Moix. "Necesitamos guerreros en el campo", dijo en la previa de su estreno ante el Almería en un duelo que acabó perdiendo (2-1).

Olaizola ha tirado de metáforas, algunas plagadas de testosterona, en todas sus comparecencias ante los medios. Sin ir más lejos, emuló a uno de sus mentores, Luis Aragonés, para transmitir la importancia que tenía el choque ante el Rayo. "Hay que ganar por lo civil o lo criminal", dijo sin titubear. Su deseo encontró el premio porque los rojillos lograron una de las dos victorias que ha conseguido bajo sus órdenes (2-1).

Pero desgraciadamente para los intereses del Mallorca, la mayoría de veces no ha sido así. Y basta consultar lo que sucedió en la anterior jornada ante el Tenerife para evidenciarlo. "Hay que salir a morder la yugular", comentó ante los periodistas. Después de una digna primera parte ante los canarios, sus pupilos hicieron justo lo contrario y encajaron cuatro goles en veintisiete minutos tras bajar los brazos de forma alarmante (1-4). Los futbolistas subrayan que "están a muerte" con Olaizola, una expresión convertida en tópico, pero a tenor de los resultados demuestran que sus arengas están fracasando.