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Opinión

Para mallorquinistas convencidos

Cent anys després, la película de Marcos Cabotá que, junto a la vestimenta del primer ascenso...

Para mallorquinistas convencidos

Cent anys després, la película de Marcos Cabotá que, junto a la vestimenta del primer ascenso a Primera, en 1960, que lucirá el equipo el sábado ante el Tenerife, pone el colofón a los actos del centenario del Mallorca, está hecha a mayor gloria de mallorquinistas convencidos. Bien rodada, la ficción supera a la realidad. Espectacular la joven protagonista Hannah Herman, la historia ficticia de la pasión de una niña por el Mallorca heredada de su abuelo, uno de los precursores del club, atrapa desde el comienzo, por su nudo y desenlace. No puede decirse lo mismo de la historia real de la entidad, no porque no esté bien contada, sino porque, cuando se encienden las luces de la sala, da la impresión de que esta película ya la has visto no una, sino varias veces: las imágenes del título de Copa ante el Recreativo en Elche; las sabias palabras del gran Héctor Cúper diciendo que la final de Copa del 98 ante el Barcelona "no la perdimos, la ganamos"; la final de la Recopa perdida en Birmingham o el debut del equipo en la Liga de Campeones el infausto 11-S. La más bella historia del Mallorca, concentrada en quince años de leyenda, nos la sabemos de memoria porque, tristemente, estos tres lustros han sido una excepción en los cien años de vida.

Suerte que no todo es un cuento de hadas y tiene cabida en la cinta uno de los episodios más vergonzosos, el encierro de los futbolistas en 1977 en lo que fue la primera huelga en el fútbol español. Es la centenaria historia del Mallorca, con algunas luces y muchas sombras, explicada, eso sí, de forma digna.

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