Angeliño fue un espectáculo mientras le duró el oxígeno. El gallego, una vez más en el lateral zurdo pese a que fue fichado para jugar más adelantado, ofreció un recital que incluyó regates, carreras y detalles de calidad con los que superó siempre a sus marcadores. Fue un jugador de ataque más durante una primera mitad en la que el Mallorca atosigó al Girona, pero también cumplió sobradamente en defensa.

Angeliño provocó varios cortocircuitos al rival por una banda izquierda en la que conectó frecuentemente con Pol Roigé y Lago, que empezó el partido siendo la referencia ofensiva del Girona. Fue un encuentro en el que el joven futbolista gallego quiso demostrar a Olaizola que el lateral zurdo es suyo y a los rectores del Girona que se equivocaron abriéndole la puerta de salida.