Javier Olaizola, elegido para tomar el relevo en el banquillo de Fernando Vázquez y redirigir al primer equipo del Mallorca, ya tenía un lugar destacado en la historia de la entidad como jugador y ahora comienza una nueva etapa en la que, como técnico, espera alcanzar también el éxito.

El ya hoy en entrenador del Mallorca aterrizó en la isla en 1995. Procedente del Eibar, arribó en un momento delicado para la entidad. El equipo también estaba entonces en Segunda y sus aspiraciones pasaban por intentar luchar por el ascenso con un presupuesto discreto. Dos años después, aquel defensa aguerrido que era todo pundonor en el césped ascendía a Primera División y se convertía en uno de los míticos protagonistas de las mejores temporadas del club en toda su historia.

Instalado en lateral derecho del conjunto rojillo, vivió durante nueve temporadas enfundándose la camiseta bermellona cada fin de semana. Y también muchos miércoles, ya que jugó con el Mallorca por todo el continente.

De hecho, es el futbolista que más veces ha vestido la zamarra rojilla en competición oficial europea: 31.

Inauguró su palmarés internacional al mismo tiempo que el Mallorca; contra el Heart of Midlothian escocés en dieciseisavos de final de la Recopa en octubre de 1998. Su última aparición tuvo lugar contra el Spartak de Moscú, en la tercera ronda de la Copa de la UEFA en marzo de 2004. El equipo cayó en octavos a manos del Newcastle. Pero Olaizola ya no jugó ninguno de los dos envites.

La trayectoria del lateral vasco en Europa fue la misma que la del Mallorca, un equipo que entre las temporadas 1998/99 y 2003/04 disputó 41 partidos oficiales entre Champions (diez encuentros), Copa de la UEFA (veinte), Recopa (nueve) y Copa Intertoto (dos). Fue la mejor etapa deportiva de los cien años de historia de la entidad balear, y Olaizola fue protagonista de aquellos logros.

Pero el fútbol también es de los modestos y tras su retirada 'el Vasco' buscó un hueco en los banquillos. Entrenó en equipos de base y prácticamente estuvo desaparecido del mundo del fútbol por cuestiones personales. Pero su espíritu guerrero le devolvió a la isla y al Mallorca, y se reencontró con el club que tanto le había dado para echar una mano. Lo hizo en el cadete, hasta que la mala situación del primer equipo provocó el despido de Lluís Carreras y la entrada en acción de Pep Alomar -era el técnico del Mallorca B- y Olaizola. El tándem elegido por la propiedad -Serra Ferrer era el máximo accionista- logró evitar el descenso a Segunda B, echando mano incluso de pipiolos canteranos como Company o Brandon, ahora en el primer equipo. Era mayo de 2014 y el 'premio' fue dirigir al filial en Segunda B.

Un descenso a Tercera y un ascenso después a Segunda B, a Javier Olaizola se le presenta una situación similar, aunque ahora lo hace como 'jefe' del vestuario y con más de media temporada por delante para aprovechar la gran oportunidad que se le presenta por delante.